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Ayer, hoy, mañana

Santiago Niño Becerra - Viernes, 18 de Junio

ilustraciónNo sé si alguna/o de Uds. me vio: el pasado Miércoles 16 participé en el programa "59 segundos" de TVE 1 (si les interesa tal vez aún esté en el podcast del canal). Uno de los temas de la agenda era la reforma laboral, ya saben "esta". Mi primera intervención fue muy simple: esta reforma laboral lo único que busca es reducir costes laborales; ¿más ejemplos?, las empresas podrán pagar menos en los despidos que efectúen si dicen que les van mal las cosas; ya saben: "Denme un balance y moveré una empresa, denme una cuenta de explotación y moveré una corporación".

Reducir costes laborales, pero no abordar, pienso, los auténticos problemas de la economía española en relación con su factor trabajo, ni los problemas del mercado de trabajo español. Repasen lo que hasta ahora se sabe de la reforma laboral e intenten encontrar algo de lo antes dicho.

España tiene una tasa de actividad que es 15 puntos menor que la danesa, pero, a la vez, una tasa de desempleo total casi 16 puntos más elevada que la holandesa y, más a la vez, una ratio de desempleo juvenil 33 puntos mayor que la austriaca. ¿Qué quiere decir esto?, pues que la economía española no puede ocupar a la población activa que tiene aún siendo esta menor que la que tienen otros países, es decir, si en España más personas manifestasen que quieren trabajar el desempleo sería mucho mayor. 

España tiene una tasa de desempleo desmedida por dos razones, 1) porque tiene una población activa de casi 24 millones de personas que el modelo productivo no puede ocupar, y 2) pese a que ese modelo productivo es intensivo en factor trabajo: construcción, turismo, hostelería, restauración, ... Es decir, España ha crecido a base de fabricar cosas utilizando procesos en los que se necesitaba mucha gente, y cuando esas cosas han dejado de fabricarse o se han pasado a fabricar menos, el modelo productivo español ha demostrado que no puede encontrar actividades alternativas para ocupar a esas personas que ya no tienen que hacer. De eso, la reforma laboral no dice ni pío.

La reforma laboral da facilidades para despedir y reduce los costes del despido. Entiendo que si eso es así es porque las empresas españolas necesitan despedir, es decir, a las empresas españolas les sobra factor trabajo, y les sobra factor trabajo porque a) como el modelo productivo español es intensivo en trabajo esas empresas están fabricando menos cosas y esperan que van a fabricar muchas menos, por lo que b) buscan reducir costes laborales a través, en todo caso, de la sustitución de personas senior por juniors: tomen nota la tasa de mileurismo entre los jóvenes es del 80%. (De eso, del mileurismo y del undermileurismo, la reforma laboral tampoco dice ni palabra).

La reforma laboral busca que las empresas españolas reduzcan costes para que así puedan ............. ¡¡¡¡¡¡EXPORTAR!!!!!. Eso, la exportación, es la piedra filosofal que va a solucionar todos los problemas de todas las economías mundiales, y, claro está, los de la española. La idea es muy simple: se reducen costes laborales (subrayo lo de “laborales”: incluyen los salariales: los salarios bajarán, porque se autorizará a que bajen y porque la oferta de trabajo va a ser muy superior a lo más baja que ya es a la demanda de trabajo), se abaratan precios de venta y se vende fuera lo que aquí pocas personas van a poder comprar. La reforma laboral sí habla de eso, indirectamente, pero habla.

La reforma laboral va a buscar una “devaluación” de “el euro”: “devaluación” porque al promover una reducción de costes, algunos de quienes piensan -bastantes- creen que ganaremos competitividad, y de “el euro” porque será algo así como si se devaluase el euro español: ese que tiene una “v” después del número identificativo de cada billete, si.

El problema radica en que hoy, para ganar competitividad hay que incrementar la productividad, y para conseguir eso hay que aumentar la inversión, en máquinas y en personas, pero para que eso sea rentable, o se fabrican megamillones de piezas, o se fabrican bienes de alto valor añadido; pero en España quiere hacerse vía “devaluación” de “el euro”: menos costes laborales, ¡pero si nunca podrá España competir en costes laborales con Marruecos!.

A medida que la crisis vaya yendo a peor se irá avanzando en el desempleo, pero no en la creación de exportaciones: la crisis es postglobal y tanto la reducción de rentas como el no-crédito será general, y los pocos bienes de bajo valor que se fabriquen se fabricarán, en, por ejemplo, ¡Marruecos!. De eso tampoco habla la reforma laboral.

¡Ni el principal partido de la oposición!: ¿han oído Uds. que las críticas de la oposición hayan ido por aquí?. Gritos muchos, aspavientos más, y pateos en el Parlamento, pero, ¿por qué no se dice, y se razona, que la reforma laboral ni va crear empleo ni va a contribuir al crecimiento de la economía española, ni va a influir ni un ápice en la modificación del modelo productivo español?. ¡Misterios misteriosos!.

(Evidentemente ya estamos en el principio: “Son las diez y media y no hay crisis” (http://www.elpais.com/articulo/economia/Van/Rompuy/apertura/Consejo/Europeo/hay/crisis/elpepueco/20100617elpepueco_1/Tes), dijo ayer, Jueves, el presidente del Consejo Europeo, Mr. Herman Van Rompuy, en la apertura de la reunión de los 27 jefes de Estado o de Gobierno de la UE.
Pero estamos al principio del principio: “Salgado da por finalizados los ajustes con la reforma del mercado laboral” (misma fuente), y “la del sistema financiero terminará este mes” (misma persona y fuente), “y la de las pensiones “se está discutiendo en el Pacto de Toledo”” (todo igual).

En todos los films sucede lo mismo: cuando se niega lo evidente es porque a los malos ya se les tiene dentro).

(Recuerden: día F (de final) menos 12 días: en el momento que España deje la presidencia europea ...).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.