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PREVISIONES, DAVOS Y OTRAS ESPECIES

Santiago Niño Becerra - Lunes, 02 de Febrero

ilustracionSe ha convertido -hoy, no ayer- en un lugar común decir: "lo peor está por llegar", y no es así: en realidad habría que decir: "aún no ha pasado nada". A mediados del 2008 se empezó a admitir que las cosas se iban a torcer, y comenzó diciéndose que sería una desaceleración que se superaría a mediados del 2009, no voy a profundizar en esto porque conocen la historia; ahora, en Davos, uno de los escaparate que se utilizan para anunciar algunas cosillas, se dice que la recuperación no va a llegar hasta el 2012. A quienes les toca hacer esas proclamas, cada vez que abren la boca para proclamar algo añaden algún trimestre más; ahora, en la "Montaña Mágica" han añadido bastante más, pero sigue siendo insuficiente. Uds. ya lo han leído aquí. En Septiembre del 2007, algo empezó a resquebrajarse, ¿qué?, el globo de hipercréditoтº- hiperconsumoтº- hiperdeuda que se había ido formando desde hacía quince años, pero, especialmente, cinco; algo empezó a resquebrajarse y todo -todo- comenzó a deslizase por una pendiente cada vez a una mayor velocidad, claro. Este período, que yo llamo "precrisis", y que es en el que nos hallamos, se prolongará hasta mediados del 2010, y todas las previsiones que se vayan haciendo, todas (si están bien hechas) irán mostrando el progresivo empeoramiento de los entornos económico y social.

Entre Junio y Agosto del 2010, el derrumbe, ¿por qué?, pues porque meses antes ya se habrá llegado a la conclusión de que ninguna de las medidas que se hayan tomado, de que ninguna de las políticas que se hayan adoptado, ha servido, ni sirve, para resolver nada porque nada es posible resolver; y se habrá acabado la función. La caída será a plomo, unas economías más que otras: España más que The UK, por ejemplo, pero nadie va a quedar al margen de esa crisis sistémica. Así, cayendo, estaremos hasta finales del 2012.

Durante la fase de caída se va a estar “pagando” el incremento que en estos años pasados ha experimentado el PIB, el de todas partes; va a ser como una reducción de capital, un adelgazamiento en el que nos quedaremos con lo imprescindible. A finales del 2012 dejaremos de caer, y la economía planetaria se estancará, entiendo que, mes arriba o abajo, durante tres años; será la estabilización, pero podemos imaginarnos como estarán las cosas. (¿Por qué no se puede producir un rebote, una “V”?, pues porque durante la caída habremos perdido mucha masa y no habrá energía para rebotar e iniciar el ascenso).

Y luego entre tres y cinco años de recuperación, lenta, suave, pausada, sin acelerones bruscos porque el enfermo estará muy débil, porque habrá que ir poniendo en funcionamiento el nuevo motor que se haya diseñado en los años anteriores, una recuperación sustentada en la eficiencia y en la productividad, no en el desperdicio, eso se acabó, y no volverá, jamás.

Claro, Uds. se preguntarán, “y esto, ¿por qué no lo han dicho ni lo dicen abiertamente los Gobiernos?”, pues porque algunos han llegado a la conclusión de que hay que hacerlo así; pienso que es un error, pero, bueno. (Davos: el lema de este año: “Shaping the Post-Crisis World”, sin comentarios).

Dentro de un par de meses lo van a poder leer en un libro de título “El crash de 2010” cuyo autor soy yo. Lo publicará la editorial Los Libros del Lince, y en él se habla de todo esto y de más cosas. Cuando esté a punto de salir se lo recordaré.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.