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Tipos, trabajo

Santiago Niño Becerra - Martes, 15 de Julio

No hagan juegos de palabras: yo no los he hecho (aunque si les apetece !). Dos temas distintos (¿si?): tipos de interés y factor trabajo. Se dice que la tendencia de los tipos de interés es al alza; se dice que la directiva de las 60 horas es un escarnio. Vayamos por partes.

Tomen nota de lo que digo que no deja de ser repetición de lo que ya dije: los tipos de interés tienden a cero: ¡CE-RO!; ¿cuándo?, a finales del 2009 - principios del 2010, y ! más, claro; ¿por qué?, pues porque se aplicará el manual. ¿Síт­?, ¡síт­!.

Ahora, los Bancos Centrales están muy gallitos con la inflación, y aplican el manual: subir los tipos, o no bajarlos; pero eso sucede porque los precios suben: porque están subiendo: porque hay demanda (aún): porque aún hay capacidad de endeudamiento y la productividad puede no ser alta; luego está el petróleo: infla los costes y, por lo anterior, los precios suben; y los Bs. Cs. suben los tipos. Mal, mal, pero, de momento !

El truco de todo esto es la demanda, es decir, el consumo. Cuando el consumo comience a caer debido a que el desempleo del factor trabajo comience a crecer, debido a que las rentas medias empiecen a mermarse, debido a que los niveles de endeudamiento se reduzcan (hace unos díт­as un directivo de una institución financiera española: se están revisando a la baja líт­mites de tarjetas), querrán reactivar aplicando el manual del mismo modo que ahora se aplica para frenar la inflación: ahora, el manual, no sirve, menos servirá mañana.

La razón de fondo que provocará esta debacle será la crisis; pero esto nos lleva a otro enfoque. El consumo decrecerá, tanto en cantidad de bienes y servicios como en el tipo de bienes y servicios consumidos; esto hará que la cantidad media de bienes producida y de servicios elaborada decrezca; por lo que la demanda de trabajo se reducirá; aumentará el desempleo y el subempleo, y el paro encubierto. El objetivo será ganar competitividad como sea, y aquíт­ entra en juego la directiva de las 60 horas.

En una entrevista que publicaba El Paíт­s del 30 de Junio en su Pág. 30, Vladimir Spidla, Comisario europeo de Trabajo, decíт­a: “Una jornada laboral de 48 horas semanales permite una competitividad económica, y mantiene un equilibrio entre vida laboral y personal, algo que quedó reflejado en la nueva Agenda Social. Si los Estados miembros creen que la jornada de 48 horas no les capacita para ser competitivos respecto a las economíт­as emergentes, entonces la directiva les permite incrementar la jornada semanal hasta las 60 horas con un acuerdo individual entre las partes”.

Bien, ¿les cuento lo que va a suceder?. Las Navidades de este año, del 2008, serán malas, mucho peores de lo que fueron las del 2007, pero a lo largo del 2009 la situación se irá degradando aceleradamente. Los tipos comenzarán a bajar, el desempleo a subir, la productividad a crecer, y las jornadas laborales de quienes trabajen, a incrementarse. Objetivo: adaptar la oferta a una demanda a la baja, en una atmósfera de competitividad creciente, y con una capacidad productiva desmesurada que no se corresponderá ni con el nivel de demanda ni con la tendencia imperante de búsqueda de una mayor productividad. Es decir: tipos para abajo y jornadas (de quienes trabajen, tema crucial) para arriba. ¿Y el Euribor?.

Hasta hace cuatro díт­as pensaba que el Euribor se iba a hundir en los abismos del mismo modo que en los abismos se hundiríт­an los tipos de interés, pero ya no lo tengo tan claro. El Euribor es muchas cosas, y una de esas cosas que es, es la medida del grado de confianza que las entidades financieras se tienen entre si. A medida que vayamos entrando en la negrura de la crisis, la confianza que las entidades financieras se tienen disminuirá más y más, por lo que el Euribor tenderá a subir más y más, ! a no ser que en la oleada de regulaciones que la crisis traerá, el Euribor pase a ser otra cosa, y a medir otras cosas, pero no “los precios de las hipotecas”, entre otras razones porque muy pocas hipotecas van a ser solicitadas y concedidas.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

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