La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

Commodities

Martes, 27 de Enero de 2009 Santiago Niño Becerra

Barajas. La organización también es un recurso, y con recursos se organiza. Lo sucedido los primeros días de Enero en el aeropuerto de Barajas demuestra que se ha traspasado el umbral de lo que puede calificarse como "correcto funcionamiento con los recursos de que se dispone" (palabras: una entelequia), pero no hay más (no es posible obtener más / no se puede obtener más / no se tiene acceso a más) -ni va a haberlos-, luego el recurso organización se agota.

El principal partido de la oposición se equivoca: si deben dimitir cargos, han de hacerlo, muchos, pero no solo de este Gobierno, también del anterior, y del anterior, y del otro, y de los de masantes. Las causas de este caos no se generan en un día: se van cociendo. ¡Y estamos al principio!: ¿se imaginan que sucederá cuando, de verdad, haya falta de recursos?, claro que también es verdad: se va a viajar muchísimo menos.

Medio en broma lo dijimos hace meses. “Keynes returns”, pero no: va en serio: se quiere detener lo que ya está llegando revirtiendo la situación a base de gasto público, como en los 50 (en los 30 no: fracasó). ¿No se entiende que la situación en los 2000 es completamente diferente que en los 50, o es que ya se sabe que no hay otra opción y algo -fácil- hay que hacer?.

Vamos a ver, en un mundo postglobal, el gasto público, ¿quién lo va a financiar?, ¿cómo se va a financiar?, ¿con capitales procedentes de Marte?. Más. Ayudas, salvamento y similares (gasto público privado) para fabricar, ¿qué?; que comprará, ¿quién?. La capacidad de endeudamiento está agotada, la capacidad de absorción de gadgets también. Más. Fabricar cosas, ¿con qué?, ¿con unas commodities cuya oferta es decreciente?.

Entonces, ¿no vamos a salir de esta crisis?. Ya hemos dicho que si, pero haciendo otras cosas y de otra manera: profundizando en la productividad, fabricando lo que sea necesario, cuando sea necesario, y de la forma más eficiente posible; utilizando eficientemente cada unidad de factor productivo, cada brizna de commodity.

¿Qué eso tiene consecuencias?, claro: de entrada sobran cosas: capacidad productiva instalada, población activa, ... ; y es necesario modificar modos de vida: hiperconsumo, hipercrédito, hiperendeudamiento. Lo dicho: hacer otras cosas, de otra manera, pero no se dice: es feo, molesto, problemático; es más bonito hablar de Keynes. ¡Pobre Keynes!. Es más bonito decir lo que la gente desea oír porque por la educación que se ha dado a esa gente necesita oírlo: que es posible ¡arreglar las cosas”: volver a “lo de antes”; y no: no es posible: aquello pasó. No entro a valorar si fue correcto, o no, ya da igual: se hizo lo que tocaba hacer, pero ya no es posible volver atrás y cuanto antes se acepte, mejor.

¿No se ha enterado Barak Obama? (interesante: la entrevista que publicó El País Negocios del 11.01.2009): dice que el 95% de las familias trabajadoras obtendrán un respiro fiscal, ¿qué quiere decir?: 1) que van a bajar los impuestos a una gente que, dentro de cuatro días, no va a poder pagar impuestos, 2) que van a crear la ilusión a la población de que esa población tiene igual cantidad de pasta que antes aunque sus ingresos vayan a bajar (reducción de montos salariales, paso -forzado- de un trabajo full time a un trabajo part time, ...), 3) que se busca que la gente incremente su consumo debido a que, como van a bajar los impuestos, se creará la ilusión de mayor renta (y eso a pesar de que el desempleo del factor trabajo va a aumentar debido a que las empresas van a buscar aumentar su competitividad en una atmósfera de demanda a la baja).

Y, otra cosa: se reducirá la recaudación fiscal, y eso va a tener consecuencias.

En el mismo ejemplar: Paul Krugman: el Premio Nóbel, si: “¿Actuaremos con suficiente rapidez y audacia para evitar que una segunda Gran Depresión ocurra?”. ¿Por qué no se empieza a pensar en que no puede ser evitada del mismo modo que la primera no podía ser evitada?.

Puede ser evitado que los accidentes laborales se disparen, pero la Revolución Francesa no podía ser evitada: la dinámica histórica llevó a la Revolución Francesa, es más: fue necesaria porque era parte de la evolución. El crash del 29 era inevitable porque también era parte de la evolución, por eso la Gran Depresión fue una crisis sistémica, como lo será el crash del 2010. Es decir, no es una cuestión de falta de crédito, sino de insuficiencia del sistema manifestada en el agotamiento del modelo que nuestros ojos están viendo materializado en, por ejemplo, una falta de crédito.

En otras palabras: hemos llegado a un punto en que sólo se crece -se sabe crecer, se puede crecer- hiperconsumiendo, y esa forma de hacer ya ha dejado de ser viable, luego lo de volver a Keynes ...

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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