La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

Cosas

Viernes, 09 de Enero de 2009 Santiago Niño Becerra

¿Dónde se halla el límite de un déficit público?, ¿y el de un déficit exterior?. Ha sido dicho que USA, en el 2009, puede alcanzar un déficit fiscal del 8,3% de su PIB. Ese porcentaje, ¿es en sí mismo un límite?, ¿es superable?; si lo es, ¿qué tasa puede llegar a alcanzar?.

Otra cosa. Cuando algo se mira en relación al peso que significa sobre otro algo normalmente se piensa en la evolución de una de las variables, es decir, si el déficit de un país se relaciona con el PIB de ese país, a la gente de la calle, si se le pregunta que le dice eso, dirán que el gasto público supera a los ingresos públicos en una cantidad que representa el X% del PIB, y que si esa cantidad aumenta porque aumente el gasto público o desciendan los ingresos públicos, ese X% crecerá. (Como curiosidad: ¿han reparado que lo que gasta el Estado siempre se resume en un singular -el “Gasto Público”- pero lo que el Estado ingresa es, siempre, plural: los “Ingresos Públicos”; curioso).

Bien, lo que decía la gente de la calle: es correcto, claro, pero muy, muy poca gente de la calle -y de la no-calle- cae en la cuenta de que el déficit medido sobre el PIB puede aumentar, y mucho, si la diferencia “Gasto Público Ѣ€” Ingresos Públicos” decrece; ¿cómo?, pues si el PIB cae en una proporción mayor.

Habitualmente, no se considera que el PIB pueda decrecer: crecer en términos negativos; más aún, normalmente, el Gasto Público es “para hacer cosas”: para contribuir al crecimiento, y los Ingresos Públicos para financiar ese Gasto; desajuste entre unos y otro podrán venir por el lado de que “el Estado quiera hacer más cosas para crecer más”, ¿sí?. Bien, pero ¿qué sucede si ese gasto es para tapar agujeros, para aguantar unas semanas más, para sobrevivir unos días?, ¿qué si la tendencia de esos ingresos es a la baja, a menos?, ¿qué, en definitiva, si el PIB está mostrando una senda descendente?. Estaríamos hablando de otro escenario, ¿verdad?; bueno, pues eso es ante lo que nos encontramos.

En otras palabras, estamos en una situación en la que la tendencia de los ingresos públicos es decreciente por la menor actividad económica que se está produciendo y que se espera va a producirse; la del gasto público, sin embargo, es creciente porque habrá más necesidades: desempleo, planes de ayuda, jubilaciones anticipadas, ..., por esa menor actividad; luego el déficit tiende al alza, pero, a la vez, el PIB tiende a la baja.

Desde esta perspectiva, medido sobre el PIB, el déficit puede crecer, y mucho, aunque el Gasto Público aumente muy poco, una situación verdaderamente preocupante, tremenda, signo de que la economía se ha detenido / s eestá deteniendo. En ese entorno, intentar reducir el déficit tan sólo puede lograrse vía reducción del Gasto Público ... a no ser que el concepto de déficit deje de tener sentido, y que, de rebote, dejen de tenerlo todos los conceptos con él vinculados, lo que es posible, pero, entonces, ya estaríamos hablando desde otra perspectiva sistémica.

No es casualidad que sea en USA la primera economía en la que todas estas cosas se han planteado (bueno, no, la primera fue la japonesa, pero allí, las cosas van de otra manera y son leídas de otra manera): USA ha sido la inventora del modo de hacer que está en crisis, luego es obvio que sea el lugar en el que las derivaciones de la crisis sistémica antes se manifiesten, y donde más cosas quieren hacer: http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid=aT.7rmpZ3WJk&refer=home.

Es un círculo vicioso: la vía del Gasto Público ya no funciona porque el déficit y/o la deuda ya no dan más de si, pero el PIB tiende al decrecimiento porque su combustible (el crédito, la deuda) se ha agotado. Generar más PIB por “el sistema tradicional” no es posible, pero si no se genera más PIB la actividad se detiene, el desempleo aumenta y los ingresos públicos decrecen; y esto, debido a la globalización, está sucediendo en todas partes a la vez y lo que sucede en cada sitio se ve realimentado, debido a la globalización, por lo que sucede en el resto de sitios.

“¡Que horror!”, dirán; claro, ¿qué creían que era una crisis sistémica?.

(Lean lo que ayer recogía la edición digital de Le Monde : de una entrevista publicada por Le Parisienne a M. Pierre Gadonneix, CEO de EDF : “Les Franу§ais doivent уªtre conscients que, en euro constant, c’est-у -dire hors inflation, les prix de l’électricité sont inférieurs de 30% en 2007 у  ce qu’ils étaient il y a vingt ans”. ¿Saben lo que quiere decir eso, no?, pues cuando las barbas de tu vecino ... (Lo que no dice M. Gadonneix es que hoy el usuario medio consume muchisísima más energía que hace veinte años, luego su gasto total en electricidad y su dependencia, es mucho mayor; pero bueno, es pura filosofía).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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