La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

Deuda Total

Jueves, 18 de Marzo de 2010 Santiago Niño Becerra

- Supongo que ya lo han hecho, pero, si no, les sugiero encarecidísimamente que lean el artículo de Claudi Pérez que en su Pág. 26 publicó El país el 28 de Febrero. ilustraciónEs real, real como la vida misma, aunque pavoroso: ¿no es pavorosa la vida hoy?. En el texto puede leerse: "Deuda es (...) la palabra del año en economía". Si, pero cada vez menos: ya se están dando por descontados sus efectos. El nivel de la deuda: es el que es y será el que pueda ser -la deuda nueva, si, ¿y la antigua?: la que ya existe, la que habrá que continuar pagando-.

- “Deuda” va unido a “mercados”. A los mercados se les estuvo diciendo lo que había que decirles porque era lo que esperaban oír: que había posibilidad de negocio financiero en los créditos que la economía española precisaba para ¿crecer?. (Hace unos días, en clase, un alumno explotó: “¡Eso no ha sido crecimiento!”). Pero ahora, a los mercados, hay que decirles otra cosa: que sus préstamos los van a recuperar: como sea; y las dudas que los mercados tienen significan que no tienen claro que pueda ser así, por eso hay que recortar el gasto público lo que haga falta, porque todo el mundo que debe tenerlo tiene claro que aumentar los ingresos públicos no va a ser posible (va a ser imposible).

- De ahí que los planes de ayuda hayan sido inútiles de cara a arreglar las cosas, pero muy útiles a fin de cerrar el círculo de los negocios: “Te presté, me lo debes”. “Te presto, me lo debes y me sigues debiendo lo que me debías”. Se gasta lo que no se tiene, y aparece la deuda, deuda que se añade a la deuda anterior, por todos los conceptos: lo importante es la deuda total: ¿cuántas veces Uds. lo han leído aquí?. “Y ahora no me fío de que puedas pagar todo lo que me debes, por lo que tengo que asegurarme que me lo vas a pagar, ¿cómo?, convenciéndote de que tienes que reservar la poca pasta que vas a tener para pagarme a mi”.

- Y, a mayor abundamiento, la velocidad con la que esa Deuda (recuerden: Total) está aumentando es un indicador de la velocidad con que la economía se está degradando.

- ¿Terrible?, vayan al origen: si eso no hubiese sucedido no se hubiese crecido, y, si quieren, consuélense: todo el planeta está más o menos igual (aunque en algunas economías la situación canta más que en otras, pero bueno).

- Y lo más gordo: esa deuda procede de hacer carreteras, de pagar caterings a niñas y niños en colegios públicos y concertados, de atender el coste de intervenciones de microcirugía, de pagar salarios de funcionarios (tanto de alto como de bajo nivel), automóviles de políticos en los Gobiernos, TVs de plasma, vacaciones en Bora-Bora, depuración de aguas residuales, de remunerar a afamados artistas para que interviniesen en festejos populares, y ... de salvar a entidades financieras que ahora son quienes exigen cambios y recortes a fin de ... garantizar que cobrarán lo que se les debe, como debe ser. ¡Es genial!. ¡Si!. Pero es un modo de hacer que ya se ha agotado.

- Los superproblemas de la economía española: analicen el gráfico que acompañaba al texto citado: deuda de las familias: 136% del PIB: ¿qué sucederá cuando el desempleo crezca más debido al derrumbe de la actividad y cuando ya no haya más planes E que poner en marcha?, momento que, según parece, ya está llegando. Y la de las empresas: 85% del PIB, ¿cómo podrán hacer frente esas empresas a sus deudas si la actividad va a continuar descendiendo y los créditos con los que construyeron su auge se vuelvan aún más escasos?. Y las entidades financieras: ¿cómo van a atender ese 75% del PIB al que ascienden su deudas si la economía de empresas y familias va a ir a menos. ¿Desapalancamiento?, para desapalancar hacen falta fondos alternativos, cosa que ahora no se da ni, pienso, se va a dar.

- ¿Alternativa?, lo que Uds. leyeron aquí en las propuestas del pasado 15 de Febrero. Estatalizar las deudas (no “la deuda”): en el fondo, el “acuerdo islandés”, ¿qué es?, que todos acabemos pagando las deudas de todos; y yo añado: compensando aquellas que puedan ser compensadas. ¿Qué es muy fuerte?, si, pero como de todas formas con algunas se hará ...

- Y ya, ya, las voces que dicen que para llegar hasta aquí hubiera sido mejor no haber empezado este viaje: que para tener esta deuda mejor hubiese dido no haber crecido tanto ..., pero es que era inevitable: en 1991 el sistema alcanzó su punto máximo, a partir de ahí el declive y, bueno, siempre se busca el negocio: es humano, y alargando el momento del declive, suavizándolo, se hacía negocio; claro que todo en la vida tiene consecuencias (en Economía, más) y de estos dieciséis años de vidilla inventada han llegado los tres de declive imparable en los que muy poco se ha hecho (nuevamente el negocio), y van a llegar los diez de crisis sistémica. Insisto: era inevitable.

- Y al final, como en aquel anuncio: sigue pasando lo mismo de siempre: lo que debe evitarse a toda costa es que alguien diga que no puede pagar y que, por tanto, no pague, porque entonces hay que sacar esa deuda de donde está y meterla en otro sotio, es decir, hay que hacer una serie de cosas que tienen consecuencias, y hay que asumirlas. Recuerden lo que sucedió cuando, en su primera presidencia, Alan García dijo que Perú no iba a pagar su deuda porque no podía pagarla (simplifico, ya sé). Todo está permitido menos decir que no se puede pagar. Se puede seguir jugando con cartas marcadas aunque todos los jugadores lo sepan, pero lo que no se puede hacer es romper la baraja.

- ¡Ah!, y todo eso sin que haya salido a la luz la porquería que aún guardan las entidades financieras.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

[Volver]