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El ciclo histórico augura 4 años más de tristeza

Sabado, 14 de Enero de 2012 Carlos Montero

Durante el siglo pasado era una idea generalmente aceptada que la inversión en acciones a largo plazo era una muy buena opción. Ahora, muchas menos personas confían en eso. Floyd Norris señala en un interesante artículo en el New York Times que una razón importante que apoyaba la confianza anterior era que en los 15 años desde el finales de 1984 hasta finales de 1999, la rentabilidad del índice Standard & Poors 500 fue de más del 740%, incluso después de ajustarse por la inflación. En tasa anualizada la rentabilidad superaba un extraordinario 15%.

A finales de 2011, por el contrario, el retorno de los últimos 15 años - a partir de finales de 1996 - era sólo de un 3%. Y la mayor parte de esas ganancias se produjeron en los primeros tres años del período. Desde finales de 1999, el mercado de valores no ha batido a la inflación.

El primero de los gráficos adjuntos (vía New York Times) muestra la rentabilidad anualizada del mercado de acciones americano sobre el periodo de 15 años anterior.

En términos generales, parece que hay un ciclo que se repite, en el cual la rentabilidad alcanza un máximo del 15% para luego caer en picado.

En junio de 1964, la rentabilidad anualizada real durante los últimos 15 años tocó un máximo del 15,6%, la más alta que había habido hasta entonces. El mercado de valores no comenzó a caer después, pero ya no podía mantener el ritmo espectacular de subidas y las cifras de rentabilidad comenzaron a declinar. En términos de rentabilidad total real, los precios de las acciones alcanzaron sus máximos a finales de 1968, y para mediados de 1970 estaban en caída libre al unirse una alta inflación y un mercado bajista.

En 1979, un inversor que compró acciones en 1964, cuando el mercado parecía ser una fuente segura de dinero, había perdido dinero después de ajustar las rentabilidades a la inflación, incluso después de incluir los ingresos por dividendos.

En la década de 1980, el mercado de valores se dio la vuelta, y para mediados de 1997 la cifra de rentabilidad a 15 años había alcanzado un nuevo récord del 15,8%.

El segundo gráfico superpone los dos ciclos. La primera línea va desde finales de 1943 hasta finales de 1980, cuando la línea volvió a rentabilidad negativa. La segunda, a partir de finales de 1980, continúa hasta finales de 2011.

La correlación entre las dos líneas está lejos de ser perfecta, pero hay importantes similitudes. Si el pasado es un prólogo, es probable que la rentabilidad a 15 años siga disminuyendo y vuelva a negativo en unos cuatro años. Eso no implica necesariamente que las acciones descenderán durante ese período, ya que podríamos asistir a pequeñas ganancias durante el periodo. Y, por supuesto, no hay ninguna garantía de que la historia se repita.

Probablemente sea importante que los norteamericanos son ahora más pesimistas de lo que han sido en muchos años. Existe el temor de que la economía estadounidense esté en declive y que EEUU no sea capaz de competir con las economías asiáticas emergentes, principalmente China. Había un temor similar a finales de 1970, aunque entonces el temor era que los Estados Unidos no podrían competir con Japón.

Tal vez el exceso de confianza inspirado en parte por un mercado de valores fuerte también jugó un papel importante en la historia militar estadounidense. Pocos años después del máximo de 1964, Estados Unidos intensificó la guerra de Vietnam. Pocos años después del pico de 1999, los Estados Unidos decidieron invadir Irak.

Los otros dos gráficos indican que el mercado de valores lo ha hecho sorprendentemente bien en los últimos 15 años, teniendo en cuenta lo poco que creció la economía en ese período. Hasta el tercer trimestre del año pasado - los datos más recientes disponibles - el producto interno bruto había crecido a una tasa anual de apenas un 2,3% en los últimos 15 años. Esa es la lectura más baja en un periodo de 15 años desde finales de 1960, un período que se vio distorsionado por la rápida disminución del producto interior bruto en 1946 ya que la producción de armas se detuvo después de la Segunda Guerra Mundial.

Del mismo modo, en los últimos 15 años, el total de los ingresos personales reales obtenidos por los estadounidenses ha aumentado a una tasa anual de sólo el 2,6%. Este es el dato más bajo por un período similar desde que se dispone de datos. Tanto el crecimiento del PIB como las tasas de ingresos personales están muy por debajo de donde estaban cuando la rentabilidad de las acciones tocó fondo en 1982.

Después del pesimismo de la década de 1970 y principios de 1980, la economía y el mercado de valores se dieron la vuelta cuando se hizo evidente que la economía estadounidense era flexible y podría adaptarse a un mundo cambiante. La pregunta ahora es si eso mismo puede volver a ocurrir.

Fuentes: New York Times

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