Francisco Escarti, de Estrategias de Inversión escribía a mediados de mayo que “Si algo no se le puede negar a Napoleón es que fue uno de los grandes visionarios de la historia y quizá por eso, casi doscientos años más tarde, una de las muchas citas célebres que dejó para la posteridad se hace cada vez más evidente. Y es que China se ha colocado ya a la cabeza de la economía mundial; mientras occidente se sumía en una de las mayores crisis que se recuerdan, el gigante asiático creció a un ritmo del 8,7% en 2009, llegando a un PIB cercano a los 9 billones de dólares…”
“..Ya lo dijo Napoleón, y ahora los números se ponen de parte del estratega, “Cuando China despierte… el mundo temblará. Más de 1.300.000 millones de habitantes, un crecimiento estimado del 10% para este ejercicio 2010 (un 11.9% en el primer trimestre de este lustro, según datos del propio gobierno), 43.300 millones de dólares (29.900 millones de euros) invertidos fuera de sus fronteras en sectores no financieros… desde luego el gigante asiático tiene bien ganado su sobrenombre. Mientras los sistemas económicos de occidente temblaban, China parecía darse un respiro, tomar aliento para continuar su particular maratón…”
“...China se antoja, aunque haya quien no lo quiera ver, como la soltera de oro. Y es que los números mandan. El país asiático es ya el primer demandante de vehículos del mundo, según Freijo, cosa que el sector automovilístico europeo debe aprovechar. Los gustos y prácticas de la sociedad china se van, con el vacuo permiso de sus dirigentes, occidentalizando y eso, para una economía en crisis como la europea, o la española en particular, es un bocado que debiera ser de gusto. Otros sectores con amplio potencial de desarrollo, según Lorenzo Dávila, profesor del IEB y EAFI, podrían ser aquellos que desemboquen en productos de alto valor añadido, las energías o la construcción, en particular las infraestructuras…”
Y mientras, Nouriel Roubini, presidente de Roubini Global Economics, ha afirmado que las reformas económicas que se están acometiendo no van en la dirección correcta y que sufriremos más crisis financieras en los próximos 10 años. “Fundamentalmente nada ha cambiado. Las reformas regulatorias aprobadas por el Congreso de los EEUU han sido demasiado pocas, demasiado tarde. Estamos en una situación que va a sentirse como una recesión, sino estamos ya en una, y si los datos económicos sorprenden por el lado negativo, vamos a tener una corrección de las bolsas, incremento de los spreads de crédito, incremento de la volatilidad, y de la aversión al riesgo, lo que provocará un shock en la economía real”.
“Nuevas medidas de relajación monetaria no ayudarán a unos mercados con exceso de liquidez. Los bancos en EEUU están sentados en un exceso de reservas de 1 billón de dólares que no están prestando. Los problemas de la economía son problemas de solvencia, de crédito, inmobiliarios, corporativos, financieros, no un problema de liquidez”.