La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

“En verano son muy frecuentes las tormentas, con sus destrozos, y los cambios bruscos del viento”

Jueves, 09 de Julio de 2020 Moisés Romero

Huyan de la depresión y de la euforia. Hay que buscar indicadores adelantados. En los últimos años han sido frecuentes los giros bruscos de los mercados por la precipitación, primero, y el desencanto, después, en sus apuestas sobre la situación económica.Los mejores analistas del mercado advierten desde hace tiempo, de la fuerte disociación entre economía y Bolsa y entre Bolsa y expectativas de resultados empresariales. La Bolsa española seguirá siendo un clon de Wall Street, pero con matices importantes. Tiene potencial de subida más reducido cuando aquella sube y, al revés, una mayor amplificación cuando baja. Los últimos veranos han sido malos en términos de evaluación bursátil. Principalmente, agosto. En situaciones de liquidez muy ajustada, como la actual, los índices de volatilidad le pueden dejar sin un euro en su cartera si se dedica a jugar todos los días. Los bancos centrales siempre han salido en apoyo de los mercados, pero no siempre coinciden cuando los jugadores participan en la partida. Atentos, por tanto, a las diferentes maniobras de unos y de otros. Por supuesto, a las noticias económica, sociales y empresariales. Con dos ojos no es suficiente en este caso. En verano son muy frecuentes las tormentas, con sus destrozos, y los cambios bruscos del viento", me dice el analista feje de una importante gestora, que me recomienda los que sigue: 

Gilles Moëc, economista jefe de Axa IM, explicaba hace un mes que los bruscos giros en la actividad económica sólo reflejan las reacciones mecánicas del lado de la oferta a los cambios en las restricciones aplicadas en el confinamiento, pero aún no hemos visto mucho el impacto en la demanda, que sospechamos que durará más tiempo...Los bruscos giros en la actividad económica sólo reflejan las reacciones mecánicas del lado de la oferta a los cambios en las restricciones aplicadas en el confinamiento", pero "aún no hemos visto mucho el impacto en la demanda, que sospechamos que durará más tiempo...el momento de la verdad llegará a finales del verano", cuando se pueda evaluar si se materializan los riesgos que han asumido algunas economías con su ritmo de reapertura.ara entonces, las empresas aún deberán afrontar varios vientos en contra significativos.

1. Incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, con el riesgo latente de una segunda oleada que "deprimiría la inversión".

2. "Posible debilidad de la demanda mundial", que podría provocar desajustes frente al brusco aumento del lado de la oferta. Sin contabilizar el riesgo de una segunda oleada, Axa destaca que "la actividad en el hemisferio sur podría verse aún afectada por la primera ola de la pandemia"

3. "Un mayor nivel de deuda", debido a las millonarias necesidades de financiación que ha generado el estallido de la crisis provocada por el coronavirus.

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