Para la mayoría de los estadounidenses, el abrupto colapso del precio del petróleo parece ser una buena noticia. La cotización del crudo ha caído 45% desde junio ante la explosión de la producción de los yacimientos de esquisto en Estados Unidos y la robusta producción de Arabia Saudita, por un lado, y la debilidad de la demanda, por el otro.
El precio del WTI, el crudo de referencia para Estados Unidos, perdió 12,2% la semana pasada y cerró el viernes a US$57,81 el barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York. Los analistas de Credit Suisse y otros bancos auguran que pasarán años antes de que el petróleo vuelva a los US$100 por barril.
Para los conductores y quienes utilizan derivados del crudo para la calefacción de sus casas, el derrumbe en los precios equivale a una bonificación imprevista o una devolución de impuestos.
Gregory Zuckerman/The Wall Street Journal
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