“Bankia es una entidad solvente, puede operar normalmente, los ahorros están seguros y el único problema son una provisiones sobre el inmovilizado que no afectan a los clientes”.
Esa fue la directriz que trasladó José Ignacio Goirigolzarri a la plantilla cuando se hizo cargo de la presidencia de la institución el pasado mes de mayo. La segunda fue comprar acciones del banco para frenar el desplome en bolsa y dar ejemplo a los clientes.
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