La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

Grecia no es Uruguay de 2003, sino la Argentina de 2001, y todos sabemos que pasó en Argentina

Viernes, 03 de Junio de 2011 Carlos Montero

Ayer la agencia de calificación Moody"™s recortó el rating de Grecia en tres escalones, hasta un nivel extremadamente especulativo, basándose en el riesgo que el gobierno del país no logre estabilizar su deuda sin tener que reestructurarla. La perspectiva se mantiene en negativa, lo que sugiere nuevos recortes en el corto plazo. Moody"™s habla de reestructuración, que es una posibilidad cada vez más asumida por la comunidad financiera, a pesar de un nuevo programa de ayudas del FMI y de la UE a Grecia, y la solicitud de medidas de austeridad adicionales, así como un programa de desinversiones más agresivo.

Alguien podría preguntarse que si el destino inevitable de Grecia es la reestructuración, como así apuntan cada vez más evidencias, ¿por qué los mercados financieros no entran en cierto pánico? Esto parecería estar justificado, si tenemos en cuenta que esta medida podría tener un efecto contagio en otras economías en crisis y unas consecuencias incalculables en el sector bancario europeo.

La razón es que la reestructuración esperada es la denominada “reestructuración suave voluntaria”, que muchos inversores y analistas consideran que tendrá éxito, y las consecuencias negativas estarán muy controladas. ¿Y por qué piensan esto?

La respuesta nos la da Stuart Culverhouse, economista jefe de Exotix, cuando nos dice que las reestructuraciones suaves voluntarias se han acometido en el pasado en America Latina, con diversos grados de intensidad, y en algunos casos con éxito.  Pero esta medida no va a resolver los problemas de deuda de Grecia.
Se han establecido paralelismos entre la actual situación de Grecia y la de Uruguay, que se sometió a un canje de deuda voluntaria en mayo de 2003, tras la crisis financiera de 2002, que dejó al país con una montaña de deuda pública, y una gran cantidad de vencimientos en el periodo 2003-2007.
Grecia, sin embargo, no es Uruguay. La comparación es difícil. Creo que la gente ha visto que hubo una operación de extensión de los vencimientos hace varios años, en un país con emisiones de deuda pública aparentemente similares, y dijo, si funcionó entonces, funcionará ahora. Pero eso no está tan claro, afirma este analista, y añade.
Estamos hablando de una operación mucho más grande, y posiblemente, con una base de inversores más fragmentada, y un sector bancario más diversificado. No creo que se puedan hacer paralelismos, ya que creo que ahora nos costará mucho más que esta medida tenga éxito.
Uruguay tenía menos deuda y un déficit más bajo que Grecia cuando entró en crisis, y gran parte del aumento de su ratio deuda/PIB se debió a la depreciación de su tipo de cambio. Su flexibilidad en el tipo de cambio después de la crisis, permitió a su gobierno responder con mayor eficacia la restauración de la confianza de los inversores y mejorar la competitividad del país. Sin salir del euro, Grecia no tiene esta flexibilidad.
Uruguay también tuvo una reducción de la deuda relativamente pequeña, en comparación con la reducción considerable que Grecia va a necesitar. Uruguay también se benefició de una perspectiva más fuerte de la economía mundial, y regional y de una percepción del mercado que sus problemas estaban en el exterior, más que interiormente. Los inversores de hoy están luchando para comprar el argumento de que nadie tiene la culpa de los problemas de Grecia, sino que se crearon por sí solos.
El intento de Argentina de una extensión de deuda en junio de 2001 es quizás una mejora comparación con el caso de Grecia. El intercambio de deuda fue sólo un éxito temporal, y solo retrasó unos meses la suspensión de pagos.
Yo no creo que estas medidas reestablezcan la sostenibilidad y la solvencia del país. Se puede comprar un poco de tiempo, pero no creo que altere la dinámica de la deuda subyacente. No se resolverá el ratio deuda/PIB.
El aplazamiento es la única decisión que los políticos están dispuestos a considerar, y pensamos que necesitarán ir más allá. La suspensión de pagos puede ser la consecuencia inevitable. Grecia terminará siendo un moroso el próximo año o así.

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