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La reconstrucción de Libia presenta duros desafíos

Jueves, 25 de Agosto de 2011 Reuters

El régimen de 42 años de Muamar el Gadafi está prácticamente terminado, por lo que los nuevos líderes de Libia y sus aliados occidentales afrontan la dura tarea de restaurar el orden, comenzar la reconstrucción del país y evitar un colapso por conflictos internos que lleve al caos. La restauración de las exportaciones de petróleo y el acceso del Gobierno provisional a los fondos congelados en el exterior serán clave para una reconstrucción que Occidente espera tenga lugar sin ayuda financiera externa, pero hay muchos otros desafíos inmediatos. El rápido avance rebelde hacia Trípoli, respaldado por los ataques aéreos de la OTAN, parece haber tomado por sorpresa amuchos. El Consejo Nacional de Transición (CNT) rebelde, los gobiernos extranjeros, firmas petroleras, organizaciones de ayuda y otros deben correr para afrontar los desafíos. "Lo que casi siempre se ve en estos casos es que la planificación para la posguerra no se desarrolla con la misma rapidez que el conflicto propiamente dicho", sostuvo David Hartwell, analista de Oriente Próximo para IHS Jane's. "Habrá mucho trabajo por hacer". Mientras los levantamientos en Túnez y Egipto derrocaron a presidentes impopulares pero no pudieron poner fin a la burocracia y poder militar, algo que frustró a los manifestantes, la revolución en Libia es mucho más radical. No está claro cuánto del Gobierno y la estructura de seguridad montada por Gadafi se mantendrá en pie. Su mando siempre fue personalista e idiosincrático, diseñado para evitar la creación de núcleos de poder que pudieran desafiarlo. Hay pocas instituciones independientes, si es que existe alguna. RESTAURAR SEGURIDAD Con los recuerdos de Irak frescos en la mente de muchos de los que planean la transición de posguerra, la mayor prioridad es la restauración de la seguridad. Pero ni los libios ni los estados que han intervenido en el conflicto están interesados en desplegar fuerzas extranjeras sobre el terreno, con la excepción quizás de unos pocos países árabes. El CNT, que ha tenido su sede en Bengasi, ha trabajado con asesores occidentales durante meses para planear la transición, pero aún hay muchas preguntas que no tienen respuesta. Teniendo en cuenta los problemas que se han producido cuando las fuerzas militares occidentales han intervenido en otros conflictos, no son pocos los que ven con buenos ojos que los libios encuentren la forma de salir del problema a su manera. Pero la solución no es tan sencilla. "No se pueden dejar atrás todas las viejas estructuras y hay que permitir que aparezca un nuevo liderazgo", dijo Graeme Lamb, un antiguo general británico y director de las fuerzas especiales que asesoró a los mandos de Estados Unidos en Irak y Afganistán. Los rebeldes dicen que han entrenado a miles de agentes en Bengasi para que puedan trasladarse a Trípoli con la misión de restaurar la seguridad y el orden, pero los analistas cuestionan la preparación e incluso la existencia de esas fuerzas. La OTAN podría ofrecerse a transportarlos por aire o tierra, pero lo que no está claro es si serán bienvenidos. Los rebeldes del oeste de Libia que tomaron Trípoli han criticado a los del este por lo que consideraron como un avance lento. Su lealtad al CNT está en duda. "La desmovilización de los grupos armados rebeldes será importante, comenzando si es posible por la recuperación de las armas distribuidas por los países de la OTAN entre los grupos rebeldes", dijo Nikolas Gvosdev, profesor de estudios de seguridad nacional en el U.S. Naval War College. "Dejar Libia llena de armas no ayudará a la estabilidad". PETRÑ“LEO, ECONOMÍA, INFRAESTRUCTURA, TRANSPARENCIA Incluso aunque no se desplegaran tropas extranjeras, Daniel Korski, ex funcionario del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, dijo que algún tipo de misión de control sin armas - quizá formada principalmente por miembros de la Liga Árabe o la Unión Africana - podría ser útil. También se necesitarán reparaciones de las infraestructuras, y no sólo para subsanar los daños provocados por los ataques aéreos. Aunque Gadafi gastó millones en carreteras, hoteles y otros proyectos, gran parte de Libia sigue sin urbanizar. Los ciudadanos orientales se sienten marginados. Atender sus quejas sin empeorar la tensión este-oeste será delicado. Restaurar rápidamente las exportaciones de crudo ayudaría a financiar la reconstrucción y a tener en movimiento la economía, algo crucial si el liderazgo rebelde pretende mantener la legitimidad y evitar nuevos disturbios. El CNT tiene la intención de proyectar una imagen de continuidad, con sus dirigentes a cargo de la reconstrucción diciendo a Reuters que el nuevo gobierno respetaría todos los contratos petroleros de la era Gadafi, incluso aquellos con empresas chinas y rusas. "Los contratos en los campos de petróleo son absolutamente intocables", declaró el martes Ahmed Jehani a Reuters Insider TV. "En este momento estamos centrados como un láser en la estabilización, en cómo estabilizar la seguridad, los servicios de nuestro pueblo, el apoyo humanitario. Si uno tiene la gobernanza bien, la economía está bien", añadió. Jehani calculó que llevará al menos nueve meses restaurar a un nivel normal la infraestructura vinculada al petróleo y otras industrias. Observadores han sugerido que empresas de naciones que ayudaron militarmente a los rebeldes podrían beneficiarse ahora que éstos alcanzaron el poder, mientras que otras como Rusia y China -mucho más indiferentes a la intervención - sufrirían. El órgano anticorrupción Global Witness dijo que los contratos de la era Gadafi deberían ser respetados, pero recomendó una moratoria sobre nuevos acuerdos hasta que haya elecciones y una nueva constitución, además de sugerir que los tratos existentes deberían ser por lo menos revisados. La entidad también destacó la importancia de promover un sistema transparente sobre la utilización de los beneficios para evitar futuros conflictos. "Una de las causas claves de la Primavera Árabe ha sido la enorme insatisfacción del público por el abuso de las finanzas y los ingresos públicos y eso tendrá que solucionarse", remarcó Brendan O'Donnell, miembro de Global Witness. "Los estados occidentales tienen que tener una mirada severa sobre sí mismos y algunas de sus prácticas, ya que han sido muy cómplices de esto", continuó. [Volver]