La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

Mensaje

Lunes, 05 de Noviembre de 2012 Santiago Niño Becerra

Hace unos días recibí un mail denso, duro; uno de esos textos que te inconscientemente te ves obligado a leer varias veces:

“Llevo 3 años en paro y sin derecho a ninguna prestación, necesito un mensaje de ESPERANZA, de que esto va a cambiar un poquito al menos, que lograremos una estabilidad aunque tengamos que retroceder muchos años”.

Mi respuesta fue:

“No sé cuál es su profesión, ni su edad, ni su situación familiar, pero doy por supuesto que ha dedicado y dedica todo su esfuerzo en buscar un trabajo. Estoy seguro que Ud.es bueno en algo, aunque ni Ud. mismo lo sepa y aunque no tenga que ver nada con su profesión.

Mi sugerencia es que, si puede, se vaya, y si no, que colabore con alguien a fin de desarrollar eso en lo que Ud. es bueno, aunque el pago sea en forma de intercambio por bienes y no en forma de una contraprestación económica. Tres años es muchísimo tiempo, muchísimo.

El único mensaje de esperanza que le puedo dar es que el mundo no va a acabarse, que se va a salir de esta crisis al igual que se salió de la Depresión, pero pienso que el mundo será de otra manera y nada volverá a ser como fue”.

He leído muchas cosas, pero estas línea que alguien me remitió es de lo más profundo que he leído.

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