La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

“Muchos analistas londinenses estamos en estado de shock. Advertimos de la fragilidad de España ¡Que inviertan otros!”

Viernes, 15 de Noviembre de 2019 Moisés Romero

En la City seguimos en estado de shock (estado de profunda depresión nerviosa y circulatoria, sin pérdida de la conciencia, que se produce tras experimentar una fuerte impresión o una intensa conmoción, como un traumatismo fuerte o una operación quirúrgica). No esperábamos un gobierno de coalición del PSOE con la formación de izquierda radical de Podemos. Vienen nuestros corresponsales españoles a visitarnos y sufren el mismo episodio de depresión. El enfriamiento económico global afectará más a España, que a otras naciones, porque los acuerdos programáticos de ambas formaciones son para salir corriendo. Muchas clausulas no se cumplirán. Quizá ninguna en su formato actual. Tasa Tobin, incremento sustancial del salario mínimo, vuelta atrás en la reforma laboral, que tanto éxito ha dado a España, Tasa Google, aluvión de impuestos, subidas del IRPF, equiparación de precios  del gas oil con los de la gasolina, Aumento del impuesto de Sociedades, re-nacionalización de Bankia (que el BCE no permitirá, claro). Y muchas tropelías más..."

"A nuestros clientes les advertimos de esta situación, que deja a una España en una situación muy frágil. Parálisis sobre parálisis. Esto es siempre muy malo para los individuos, hogares, empresas y mercados. Ya sabes, más deterioro social y político y más pobreza. O lo que es lo mismo, ¡que inviertan otros!. El mundo global no acaba y termina en España. Hay países, con mercados más amplios y líquidos..."

"La Bolsa española registra los volúmenes de negocio más bajos de los últimos 11 años, en tasas interanuales. Ahora abrirá más le herida, porque se desenvuelve en una economía, que ofrece síntomas de cansancio y de falta de competitividad. Si algo puede salir mal, saldrá mal. Una frase conocida, que comienza a instalarse en amplias capas de la sociedad española, asustada por los desarreglos políticos, los reiterados intentos de secesión catalanista y la aparición de otros partidos políticos, que aceleran la fragmentación..."

"Como escribías hace unos días, la nueva clase política española, hasta el abrazo de hace unos días, ha sido incapaz de estrecharse la mano o tomar un par de cervezas en la barra de un bar. Imposible el diálogo, despertando miedos del pasado y regenerando capas de odio, que ya estaban muertas y enterradas. No podía ser de otra manera. Parálisis en ciernes y algunos frenazos en seco de grandes inversores, propiciados por y desde el gallinero político..."

(De la conversación mantenida con Harry Ch. analista y gestor de un banco londinense)

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