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“EL GRAN HERMANO HA HECHO ESTO MÁS GRANDE Y PELIGROSO. PERO SIEMPRE NOS SALVARÁ EL GRAN HERMANO”
Joseph Stiglitz, Premio Nobel de economía, ha vuelto a insistir hace poco: "En los EEUU y muchos otros países, los bancos considerados demasiado grandes para quebrar se han vuelto aún más grandes. Los problemas son ahora peor de lo que lo eran en 2007, antes de la crisis. No estamos haciendo nada significativo hasta el momento, y los bancos están retrocediendo. Es un escándalo, especialmente en los EEUU, donde se sirvió tanto dinero en los bancos. La administración parece muy renuente a hacer lo que sea necesario. Sí que van a hacer algo, la pregunta es: ¿Van a hacer todo lo necesario?". A Joseph Stiglitz se le han unido muchos más: "Después de la Gran Crisis Financiera, que los organismos supranacionales y los bancos centrales dan por finalizada, el Mundo Financiero ha quedado en manos de los mismos de siempre, aunque ahora son menos, más poderosos, por tanto, y más peligrosos. La Gran Crisis ha derivado en una concentración excesiva de poder para un puñado de bancos anglosajones, que son los que mueven las Bolsas y otros mercados a su antojo. Cada vez estamos más pillados de los huevos. No hay escapatoria. Además, vuelve la misma canción de antaño. La de aquí no pasa nada, porque siempre estará PAPÁ ESTADO (el gran hermano) AL QUITE ¡Miedos fuera! ", dice un observador bursátil.
Y ello me conduce a una carta escrita en Diciembre de 2007. Comenzaba así: “Uno de los grandes debates del ciclo actual de las Bolsas y otros mercados está en el intervencionismo de los bancos centrales, con manguerazos incesantes de liquidez que determinarán mayores niveles de inflación a medio y largo plazo sin que las causas de fondo hayan sido corregidas. O lo que es lo mismo, remiendos y actuaciones que quitan la fiebre al instante pero no curan la gran dolencia. Que el enfermo recaerá es algo que los analistas y observadores mejor preparados no dudan. Los parches de ahora pronto quedarán viejos. La pócima, el brebaje tiene un efecto calmante muy limitado. Lo correcto, según los ortodoxos financieros, es aprovechar que el enfermo está postrado para aplicarle cirugíÑ‚Âa por doquier, incluso traumática. Mejor llegar al fondo de la herida. Los bancos centrales, no obstante, acuden a la medicina más rancia. Aspirinas y tranquilizantes para todos. Es una manera de desvirtuar la realidad, de mirar para otro lado.”
El análisis seguíÑ‚Âa asíÑ‚Â: “La sensación de puertas adentro del mercado desde hace ya diez años es que todo el mundo circula a una velocidad excesiva, porque no hay Autoridad que multe a los conductores. Es más, se corre a 250 kilómetros por hora en la autopista de la Bolsa y en la de otros mercados y no sólo no te multan sino que no te matas. O sea, aquíÑ‚Â no pasa nada, porque siempre Papá Estado está al quite y no va a dejar que el Gran Templo se hunda”, dice uno de los mejores gurus de la Bolsa española.
“Las crisis recientes, desde la vivida en los mercados emergentes pasando por la gran crisis rusa hasta concluir en la actual, deberíÑ‚Âan haber servido para aprender y actuar en consecuencia. No ha sido asíÑ‚Â. Los excesos son los mismos crisis tras crisis y nadie quiere atajar el problema de fondo, que no es otro que el enorme ciclo económico y financiero de exuberancia que vive el mundo industrializado. Los agentes, actores y espectadores, quieren que esto no termine nunca. Que siga el gran Nirvana”, añade.
“Por eso, las crisis son de corta duración en términos de valoración bursátil, de grandes íÑ‚Ândices. Otra cosa es lo que sucede valor por valor, muchos de ellos con pérdidas acumuladas superiores al 50%. Eso, sin embargo, no importa. La propaganda la procuran y enaltecen los grandes íÑ‚Ândices, que son los que cuentan en los Medios, lo que ve y entiende la gente. Y los íÑ‚Ândices están de nuevo en zona de máximos históricos. La borrachera sigue, porque aquíÑ‚Â no pasa nada”, prosigue.
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