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Permítanme que les cuente una “batallita” de antiguo gestor profesional

Lunes, 10 de Junio de 2013 Carlos Montero

El mercado da señales confusas. Por un lado es evidente la fortaleza de la renta variable a nivel mundial, y como cada retroceso es aprovechado para tomar posiciones largas. Por otro, diversos indicadores nos muestran un elevado riesgo de fuerte corrección. ¿A qué hacer caso?

Si tenemos en cuenta las últimas encuestas de colocación de activos, los pequeños inversores lo están haciendo a las señales positivas, ya que están entrando en el mercado al mayor ritmo desde el inicio de este movimiento alcista. A mí personalmente esto me deja bastante preocupado.

Permítanme una “batallita” de antiguo gestor profesional. Hace ya algunos años, más de lo que a veces me parecen, llevaba una importante cartera de un cliente industrial. Entre las múltiples herramientas que utilizaba para la gestión, nunca me parecían suficientes y tengo que decir ahora con la perspectiva de los años, que habría hecho mejor con utilizar bastantes menos, tenía identificados diversos indicadores y ratios económicos que me habían demostrado su fiabilidad con el paso de los años.

Uno de mis preferidos era analizar la relación directa entre los préstamos para comprar acciones, garantizados con esos mismos títulos, y la evolución del índice de renta variable en que esos préstamos eran utilizados. Normalmente usaba datos del S&P 500 pues eran más fáciles de conseguir, y porque la evolución del selectivo estadounidense era un factor director del resto de bolsas mundiales.

Hace poco leí un interesante artículo en el que se señalaba el máximo histórico alcanzado en estos préstamos. Según el último informe de la Autoridad Regulatoria de la Industria Financiera en EE.UU., estos préstamos garantizados con acciones alcanzaron un máximo histórico en abril en los 384.000 millones de dólares. El máximo anterior se alcanzó en 2007 en 381.000 millones de dólares, justo antes del inicio de la Gran Recesión. Como porcentaje del PIB se situó en el 2,71%, frente al 2,73% alcanzado en julio de 2007 y el 2,81% en marzo de 2000, ambas fechas en plenas burbujas, inmobiliaria la primera y tecnológica la segunda.

Como vemos en el gráfico adjunto, siempre que se han alcanzado estos niveles de endeudamiento garantizado, el S&P 500 ha sufrido una fuerte corrección a la baja. De más del 50% en el techo del 2000 y del 2007.

La debilidad que presenta un mercado con unos inversores ampliamente endeudados por comprar acciones es evidente. Mientras que los valores suben no hay problema. Estos títulos responden por sus préstamos, que pueden seguir aumentando para comprar más acciones. Pero cuando las bolsas empiezan a corregir, lo que es inevitable, el valor de las inversiones ya no cubre estos préstamos, por lo que se tienen que poner más garantías o bien vender parte de sus posiciones. Se puede entrar en un círculo vicioso como pasó en los años referidos.

No digo que vayamos a bajar otro 50%. Lo que digo es que la debilidad actual de la estructura del mercado no aconseja tener posiciones compradas, independientemente de si la Fed saldrá de su política QE en septiembre, octubre o diciembre.

Las bolsas han subido más del 100% en cuatro años sin apenas corrección. Los inversores particulares, con menor capacidad de compra y de aguante, están recogiendo el papel que les venden los institucionales. Y el endeudamiento de los mismos alcanza niveles históricos. Es un cóctel demasiado peligroso para entrar ahora en mercado. Aquel gestor que una vez fui, no lo haría.

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