En el histórico desbarajuste que viven los mercados se producen situaciones de manera simultánea, que dejan poco margen de maniobra a los operadores avezados. Ni los más rápidos o iluminados son capaces de corregir sus propios movimientos. O todo sube, o todo baja. Además, con niveles de volatilidad que han vuelto a situarse cerca de máximos, más del 60%. Todo sube y todo baja. Los activos se han alineado, cuando generalmente no deberíÑ‚Âa ser asíÑ‚Â. Si sube la Bolsa, sube el petróleo. Si baja la Bolsa, baja el petróleo. Los argumentos enfilan la líÑ‚Ânea de una recesión cada vez más próxima, tangible ya en muchos sectores y áreas de actividad. A las commodities también les ha llegado su hora, la hora del ajuste de la valoración. Y con ello se han llevado por delante a otros tantos paíÑ‚Âses emergentes y a los íÑ‚Ândices bursátiles que faenan por aquellas aguas. El Ibex es una de las grandes representaciones.
Si hasta el verano todo eran movimientos tácticos institucionales, peroratas interesadas para que el huracán financiero, no llegase a Territorio Emergente, en las últimas horas las manifestaciones son las contrarias. Por ejemplo, el Banco Mundial revisó ayer a la baja su estimación de crecimiento para las economíÑ‚Âas emergentes en 2009 hasta el 4,5%, nueve décimas por debajo de su anterior previsión y seis décimas menos que los pronósticos publicados la semana pasada por el FMI, por la combinación de las turbulencias financieras, menores exportaciones y la debilidad del precio de las materias primas. El organismo presidido por Robert Zoellick espera que las economíÑ‚Âas desarrolladas experimenten una contracción del 0,1% en 2009, mientras que el crecimiento económico mundial será sólo de un 1%. Esta revisión de las previsiones de crecimiento se produce apenas unos díÑ‚Âas antes de la reunión que los líÑ‚Âderes del G-20 mantendrán en Washington el próximo díÑ‚Âa 15.
“La reunión del próximo sábado para discutir la crisis financiera global no debe perder de vista la crisis humanitaria. Como siempre, son los más pobres y vulnerables los que son golpeados con mayor dureza”, dice Robert B. Zoellick, quien apunta que la respuesta a la crisis debe ser “global, coordinada, flexible y rápida”. En este sentido, el Banco Mundial anuncia que incrementará sus compromisos de préstamo para ayuda al desarrollo en los tres próximos años hasta los 100.000 millones de dólares. En concreto, la institución elevará hasta 35.000 millones de dólares los préstamos este año, casi el triple que los 13.500 millones de dólares de 2007.
Otro ejemplo más lo encontramos en el folleto informativo enviado por Banco Santander a la CNMV relativo a su ampliación de capital en el que afirma que teniendo en cuenta que la cartera de créditos del grupo está concentrada en Europa continental, Reino Unido y Latinoamérica, los cambios adversos que afectan a estas regiones podríÑ‚Âan resultar perjudiciales para la solvencia financiera. Avisa, además, que como la principal fuente de financiación del grupo son los depósitos a corto plazo, su carencia repentina podríÑ‚Âa incrementar los costes de financiación, mientras que las recientes adquisiciones podríÑ‚Âan fracasar. Recuerda, también, que el grupo está expuesto a eventuales situaciones políÑ‚Âticas y macroeconómicas adversas en Latinoamérica, y apunta la existencia de recientes acontecimientos en relación con la filial venezolana del grupo.
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