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Si utilizamos las estadísticas, la gestión financiera debería ser realizada por las mujeres

Viernes, 09 de Noviembre de 2018 Carlos Montero

Desde hace unos años, la sociedad en su conjunto ha incrementado enormemente la concienciación sobre el grave problema de desigualdad de género que presentaba. Un niño y una niña no presentaban las mismas oportunidades de desarrollo social o profesional simplemente por su diferencia de sexo. Algo inasumible en cualquier sociedad civilizada, pero desgraciadamente así era. 

Esta lucha social está ganando la batalla en los países desarrollados, pero aún está lejos de conseguir sus objetivos en economías menos avanzados o en países subdesarrollados, definición que siempre me ha horrorizado, por cierto.

La desigualdad en el mundo financiero es absolutamente vergonzante. Hace un tiempo Morningstar realizó un estudio en el que se señalaba que las mujeres administran únicamente el 8,69% de los fondos invertidos en acciones. Sin embargo, las mujeres obtienen el 60% de los títulos de grado y postgrado y el 46% de todos los MBA. 

Si estos datos muestran una sangrante desigualdad, esta se hace aún más irracional al comprobar que el rendimiento de ese casi 9% del capital gestionado por mujeres es sensiblemente mayor al de la media. Es decir, son muchas menos en la industria, pero están igual o más preparadas que el género masculino y son mejores gestionando. No es una opinión, son datos. 

Me gustaría traer de nuevo a estas páginas, el artículo escrito por una brillante gestora: Kara Murphy, jefe de inversión de SunAmerica Asset Management, sobre este hecho: 

De acuerdo con un estudio de la Universidad de California, Berkeley, las gestoras femeninas superan en un 2,3% de rentabilidad anual a sus homólogos masculinos en el plazo estudiado de casi una década. Estos podrían ser los motivos: 

Paciencia 

Uno de los errores más comunes y corrosivos para los inversores es operar demasiado. De hecho, un segundo estudio de Berkeley muestra que cuanto más se opera en bolsa, menor son los rendimientos. A pesar de esta evidencia, los inversores están comprando y vendiendo acciones a un ritmo más rápido que nunca. En 2015 un estudio reveló que el mantenimiento promedio de una acción en las carteras era de tan sólo ocho meses. En 1960 este promedio era de ocho años. El estudio de Berkeley encontró que las mujeres tienden a operar de media un 30% menos que sus homólogos masculinos. 

Humildad 

Un motivo por el que hay menos mujeres en Wall Street es porque se sienten menos preparadas. Una encuesta realizada por BlackRock mostró que sólo el 25% de las mujeres de la generación del baby boom se sentían bien informadas acerca de la inversión, en comparación con el 46% de los hombres. Pero aunque pueda sorprender, el tener menos confianza en realidad puede ser un activo. 

Los datos demuestran que los inversores con mayores niveles de confianza son los que presentan unos peores rendimientos. La mayoría de los inversores sobreestiman cuanto saben. Los estudios demuestran que las mujeres tienden a estar menos confiadas que los hombres. Un inversor humilde es probable que trabaje más, que esté atento a las advertencias de las compañías, que visite las empresas, que hable con el equipo gestor, que realice modelos operativos, en suma, que haga todo lo que tiene que hacer para sacar mayor rendimiento. 

La aversión al riesgo 

Otra clave para ganar dinero en el largo plazo es no perderlo. Las mujeres, tal vez debido a su menor nivel de confianza, tienden a ser más conscientes de los riesgos. Las investigaciones demuestran que las mujeres tienden a invertir en activos de menor riesgo, y hacer un menor número de cambios en su estrategia. En consecuencia, las carteras de las mujeres pueden quedarse atrás en un mercado alcista, pero perder mucho menos dinero en un mercado bajista. 

En resumen, la paciencia, la humildad y la aversión al riesgo hacen ser a uno ser mejores inversores, y están son cualidades más visibles en el género femenino que en el masculino.  

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