La Carta de la Bolsa Imprimir Artí­culo

Valor y precio

Lunes, 09 de Febrero de 2009 Santiago Niño Becerra

En el mundo de la Economía posiblemente sumen varias toneladas los escritos, libros, artículos y textos de discursos que han sido confeccionados en relación al tema de la transformación de los valores en precios, tema que, evidentemente, ha tenido variadísimos enfoques en función de la ideología o de la tendencia filosófica del tratadista. A medida que la vertiente ideológica ha ido desapareciendo del fondo de los enfoques económicos, el tema referido ha ido, así mismo, desapareciendo del catálogo de temas abordados por los estudiosos de la economía. Bien, pues pienso que es un tema que va a volver a ponerse de moda.

La razón de su vuelta a la palestra (que, todo sea dicho, va a ser muy breve) será muy simple: la confluencia; de tal modo que el valor que se de a los bienes -de consumo o de inversión- sea el precio que por ellos se vaya a pagar, y el precio que por ellos se demande equivalga al valor real de los bienes. ¿La ganancia?: la utilidad que de esos bienes se obtenga en un escenario de productividades al alza y en un entorno en el que el acceso al uso desplace a la propiedad tal y como ahora la conocemos. De alguna manera ya hemos empezado a recorrer ese camino, aunque hemos empezado mal.

En relación con el texto que sobre los precios de la vivienda leyeron en lacartadelabolsa el día 4 de los corrientes, una persona me comentó que sabe de primera mano que en compraventas de bienes inmuebles recientemente realizadas se han llegado a demandar/ofrecer descuentos del 65%, es decir, el precio final ha terminado siendo el 65% inferior al de partida. (Y aún sólo estamos en precrisis).

Claro, claro, Uds. estarán pensando en promotores / constructores pillados con deudas hipermillonarias que necesitaban a toda costa liquidez y que estaban dispuestos a vender por el precio que fuese; si, pero no sólo. Quien / quienes compraron, pagaron ese precio porque el valor que pensaban obtener por ese bien era el equivalente al precio que aceptaron pagar, independientemente del destino que a ese bien iban a dar.

La evolución buena de la historia anterior es la desaparición de pasos intermedios que no añadan ningún valor y la confluencia de precio y valor, de tal modo que el que use pague un precio equivalente al valor que obtiene. ¿Se reducen márgenes?, si, pero los que perviven son los reales, y se aumentan transacciones, y se producen absorciones, por lo que al final las cosas sed acabarán compensando.

El valor de algo y el precio de ese algo cada vez van a estar más vinculados, siendo una de las consecuencias de tal hecho la puesta de manifiesto, sin paliativos, de aquello que no sea necesario. Y en este aspecto, el factor trabajo es un recurso más.

¿Por qué está aumentando el desempleo del factor trabajo?, pues porque es un bien cada vez menos necesario, es decir, porque, en términos medios globales, cada vez rinde un menor valor, medio, insisto. En consecuencia, su precio se reduce porque su oferta es creciente y su demanda decreciente.

El desempleo, entendido como población no ocupada sobre población activa, no tiende a reducirse, al revés, tiende a aumentar porque lo anteriormente apuntado se irá acusando, en el reino y en todas partes, aunque aquí más por el tipo y la cantidad de valor que se genera. Quienes en el futuro de dediquen a analizar la historia económica de estos años, llegarán a la conclusión de que gran parte del empleo creado fue debido a la superoferta de crédito que se lanzó al mercado, empleo que empezó a volatilizarse en el mismo instante en que ese crédito dejó de manar.

España como ejemplo. En un año: 2007, el gasto en prestaciones por desempleo se incremento, entre Enero y Diciembre, el 8,06%, en otro año: el 2008, el incremento fue de 49,18%, una relación directa con la reducción que el crédito ha ido experimentando.

¿A qué tiende la economía mundial?. A elevadas productividades, a eficiencias crecientes, a reducidas utilizaciones de cantidad de factor trabajo en general (y a muy elevadas utilizaciones de factor trabajo generador de muy alto valor).

Otro ejemplo, la compañía sueca fabricante de camiones Scania: beneficio de cine en el año 2008, y planes para reducir su plantilla el 17%. Malas expectativas, claro, pero no sólo: bienes de más valor, con productividades más elevadas, márgenes medios unitarios sostenidos, posiblemente menos unidades producidas, y, tal vez, hasta más horas a trabajar -si procede- y a remunerar -si sucede- para la plantilla que permanezca. Ya es el presente.

En referencia a España, en cifras, y manteniendo (a día de la fecha) las previsiones de desempleo ya apuntadas el pasado 9 de Enero, pienso que la población activa va a continuar aumentando a razón de un (2,0 / 3,0)% anual a medida que vayamos profundizando en la crisis y la tasa de ocupación vaya decreciendo, lo que nos llevaría a una población desocupada de entre 4,2 y 4,6 millones de personas en el 2009; de entre 4,7 y 5,2 en el 2010; de entre 5,5 y 6 en el 2011, y de entre 5,6 y 6,9 en el 2012.

No obstante estas horquillas medias -medias: pueden variar: mucho: dependiendo de múltiples parámetros- pienso que a finales del 2012, cuando, a partir de 2010, ya se haya manifestado la fase más dura de la crisis sistémica y nos hallemos instalados en la situación de estancamiento post crisis, el volumen de desempleo medido con los parámetros actuales estará, en la práctica, muy cerca de los 7 millones de personas, o los alcanzará. ¿Cómo se puede sostener algo así?, pues, entre otras, recurriendo a subsidios mínimos y generalizados.

Digo “medido con los parámetros actuales”, porque la medición del desempleo variará: no es difundible una tasa de desempleo del 30% de la población activa. No me extrañaría que se acuñase un concepto del tipo “población laboralmente necesaria”, y se circunscribieran las tasas de actividad, ocupación y desempleo a este concepto.

Valor y precio; también del factor trabajo.

Y siguiendo con el tema, con el del trabajo; ayer, El País, en sus Págs. 20 y 21 publicó una entrevista al Señor Ministro de Trabajo e Inmigración (superrecomendale su lectura). Entre las cosas que decía: “(...) entramoe en la crisis con unas cuentas saneadas (...)”. ¡Vaya!, y, ¿qué lectura hará el Señor Corbacho al hecho de que España sea uno de los países de la UE con menor gasto social per cápita, o a que el déficit exterior sea de escándalo, o a que la productividad de la economía española sea patética?. El problema que tienen los Gobiernos, todos, es que sólo miran las cosas como les interesa que sean vistas. En fin.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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