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2015 será bueno para Occidente, pero malo para los países emergentes

Carlos Montero - Martes, 23 de Diciembre

Nos hemos acostumbrado, en los últimos años, a un relato deprimente. La economía global ha hecho enormes progresos, a pesar de todas las turbulencias, pero gran parte, si no todos, de los avances fueron realizados por los mercados emergentes, mientras que las economías ricas se estancaron, se redujeron o mostraron un muy débil crecimiento.

No será así en 2015. Sí, casi todo el mundo espera que la economía mundial lo haga bien. Pero un gran análisis de los principales economistas de HSBC, que recoge The Telegraph, sugiere que el PIB mundial suba sólo un 2.4% el próximo año, un poco más que el 2.2% del año pasado. La gran diferencia es que el mundo desarrollado se expandirá un decente 1.9%, frente a 1.6% del año pasado; mientras que el mundo en desarrollo, por el contrario, se desacelerará desde el 4.2% al 4.1%, después de un sensible reajuste de las previsiones frente a hace tres meses.

Este es un cambio fascinante e importante. Por supuesto, los países pobres, que todavía tienen un gran espacio de mejora respecto a Occidente, aún crecerán el doble que los países ricos. Esto es algo que celebrar: el crecimiento en África y Oriente es la única manera de reducir la pobreza mundial, especialmente la de los niños. Pero la psicología de crecimiento global será notablemente diferente el próximo año.

Un gran catalizador de este giro se debe al perjuicio que sufren los exportadores de materias primas - muchos de ellos naciones muy pobres - por la caída en los precios del petróleo. Los países del Golfo se verán especialmente afectados, y Venezuela se enfrentará a una amenaza casi existencial. Por el contrario, los precios más bajos del petróleo y del combustible están ayudando a los consumidores y a las empresas occidentales; es un juego de suma cero.

Estados Unidos lo hará bien: se espera que crezca un 2.8% en 2015, frente al 2.3% para el año en curso. El Reino Unido seguirá con un buen crecimiento del 2.4%, por debajo del 3% de este año. Esto en cuanto a los casos probables de éxito de 2015.

Se espera que Brasil entre en recesión y sufra una contracción de 0.5% en su PIB en 2015. Es de esperar que la economía de Rusia colapse un catastrófico 3% el próximo año, en comparación con el crecimiento del 0.2% en 2014. Otros analistas son significativamente más pesimistas sobre Rusia y predicen una mayor depresión.

Otra cuestión importante es China: su economía no recuperará su "mojo" el próximo año. Se espera que crezca un 7.3%, por debajo del objetivo del 7.5%. Es todavía un rendimiento sorprendentemente fuerte, por supuesto, pero los días del 10% o más, trimestre tras trimestre, parece ser casi una cosa del pasado.

Sin embargo, hay algunas cosas que no van a cambiar. Dos de los mayores problemas para la economía mundial - la zona euro y Japón - seguirán sin resolverse.

HSBC cree que la eurozona crecerá un 0.9% este año, prácticamente sin cambios frente al 0.8pc del año pasado. El debate acerca de la QE seguirá. La zona euro está siendo golpeada por una triple incompetencia: política monetaria, fracaso en incrementar la demanda y un ambiente político insostenible.

En cuanto al Abenomics, hasta ahora ha sido un fracaso espectacular. El estímulo monetario de Japón no ha logrado casi nada. Los economistas estuvieron entusiasmados durante muchos meses ante la perspectiva de una recuperación económica; las previsiones de crecimiento se elevaron varias veces todavía en vano. El último pronóstico de HSBC es mucho más pesimista: la economía de Japón crecerá sólo un 0.6% el próximo año, un resultado patético. Esta lectura vendría tras un igualmente pobre crecimiento del 0.2% de 2014. Puede ser que, tal vez, un día Japón comience a crecer de nuevo - pero 2015 no será el año del renacimiento de la tierra del sol naciente.

Fuentes: HSBC - The Telegraph




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