La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“¿Pulso económico? Sólo he visto seis camiones en 160 km en la otrora saturada N-III…”

Moisés Romero - Martes, 10 de Abril

economia"En el último mes he viajado a un pueblo de Cuenca en dos ocasiones por asuntos particulares y, además, a media mañana del viernes. El recorrido es de 160 kilómetros, de los que 146 kilómetros discurren por la N-III, quizá la autovía más saturada de toda la red de autovías españolas. Bueno, eso era antes. Ahora el panorama es diferente. En el primer viaje apenas vi camiones circulando. Pensé que era por las heladas. La semana pasada decidí contar los camiones. Sólo vi seis ¿Por qué esto? Porque el tráfico de mercancías es uno de los índice más fiables del pulso económico. En Estados Unidos, los analistas de Wall Street se fijan mucho en el tráfico ferroviario como indicativo del músculo económico. En España es el trasiego de camiones el que siempre nos ha demostrado la alegría o la tristeza económica. Un dato más. Pasado Tarancón, hay varios tramos de la autovía en obras: en ninguno de los viajes vi operarios trabajando. Fácil concluir que no hay ni un euro para seguir mejorando la red y que los tramos en obras se arreglarán cuando llegué el maná del cielo", me cuenta Carmelo Martínez, economista conquense afincado en Madrid.

"España está paralizada. Los muros económicos ofrecen grietas por todas partes. Algunos comienzan a desmoronarse, como los pequeños comercios. Otros ya se hundieron hace tiempo, como los miles de pequeños autónomos. Y lo que es peor, no hay expectativas de mejora. Por eso, cuando leo, escucho o veo en los diferentes medios de comunicación, que la Bolsa está barata, que ha llegado el momento de comprar, me sonrío y me digo a mí mismo: sí, la Bolsa está barata, pero aún lo estará más..."

"sólo los mejores gurus y analistas del mercado han desenterrado el hacha de guerra y, en un manifiesto poco usual, recomiendan aborrecer las prácticas del pasado, las que aconsejan conducir con la ayuda del retrovisor. En términos económicos y bursátiles desprecian los datos y estadísticas que se publican cada día, porque, dicen, son agua de borrajas, datos pasados, que lejos de ayudar en la prospección del futuro nos pueden engañar. En el mismo acto, centran todos sus esfuerzos en la detección de los indicadores adelantados ¿Qué esconde este sortilegio? Miedo al futuro. Cunde la sensación de que aún queda por llegar la Gran Sorpresa negativa y que cuando llegue, si es que llega, se producirá con nocturnidad, premeditación y alevosía..."

"Dicen los más viejos y sabios del lugar que todos moriremos con las botas puestas, pero la Bolsa sigue, abre y cierra sus puertas todos los días. El tren del mercado no se detiene. Los pasajeros tienen la opción de seguir o de tirarse en marcha. Lo peor es correr detrás de la maquinaria. Son numerosos los bolsistas y especuladores a corto plazo los que reconocen en los últimos meses que se han quedado cacareando y sin pluma, desplumados por el azar y el capricho del mercado. Cuando parece que los índices van a sucumbir, resuellan, sacan la cabeza. Y al revés. Sorprenden a unos y a otros, los cogen con el pie cambiado. Los que mejor han librado en este rifirrafe han sido los operadores e inversores con flema, los que se han quedado quietos. Los que siguen de huelga de inversiones caídas..."

"Resulta difícil, no obstante, aislarse de lo que sucede en el mercado. El contagio siempre termina llegando, tanto cuando los indicadores padecen la fiebre del alza, presa de la exuberancia, como cuando el pánico se generaliza. Pulsemos, así, la tecla inicial. Los sabios reniegan de los datos de hoy, porque, dicen, son los mimbres usados de ayer. Urge escrudiñar el futuro, examinar las vísceras del paciente para evitar sorpresas. Como he dicho el miedo es que nos sorprendan a todos con las botas cuestas..."

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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