La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“¿Qué hago con mi dinero? Me vence un depósito ahora ¿Pisos? No ¿Más Bolsa? No lo sé ¿Entonces?...”

Moisés Romero - Martes, 21 de Abril

Ángel G. T me manda un correo. Fuimos compañeros de Universidad y solemos comer una vez al mes. "En la última comida", me escribe, "me olvidé de comentarte que ahora, en la primera quincena de marzo me vence un depósito bancario ¿Qué hago? Sabes que he ido comprando Bolsa en anteriores vencimientos de otros depósitos y que no quiero más inmuebles, porque ya invertí en su día lo justo en este campo. Tampoco estoy cómodo con la Bolsa. Es más, debo oxigenar posiciones históricas, cambiar unas cosas por otras ¿Comprar más? No, no me atrevo. La volatilidad ha asomado con fuerza y ni el año pasado ni los primeros meses del actual se han ajustado a lo que los que seguimos la Bolsa pensábamos ¿Cómo ofrecer rendimientos negativos con tipos de interés 0 y tipos de depósitos negativos en la banca, si a los imperceptibles intereses ¿un 0,70%? le restamos las comisiones bancarias. Estamos, desde hace tiempo, en una coyuntura histórica, por impredecible y peligrosa. Tengo muchas, muchas dudas, pero sospecho que tendrá que aumentar mi cartera de acciones: al Banco Central Europeo encomiendo mi dinero..."

A propósito de este correo, recuerdo lo que escribía José Luis Martínez Campuzano hace unos días en LACARTADELABOLSA: Cautela y miedo: he aquí lo que inspira a muchos inversores. También, naturalmente, la confianza (en estos tiempos la confianza tiene mucho valor) en la gestión de los bancos centrales. En nuestro caso, del BCE.

¿Y la economía? ¿por qué las bolsas no acaban de convertirse en el activo preferido de los inversores? ¿se imaginan el traspase de dinero que se produciría desde la renta fija? Algo tan sencillo de argumentar, con todo el sentido, pero que por el momento está muy lujos de suceder. Vean por ejemplo el caso del Ibex: la mejor economía europea en términos de crecimiento y con el índice clavado en los niveles de hace un año. ¿Por qué? . De nuevo podríamos hablar del miedo y cautela de los inversores. Y es que las bolsas no se comportan de forma positiva cuando los inversores se vuelven prudentes, ven el futuro bajo demasiada incertidumbre, también sobre la propia inflación, al mismo tiempo que los precios no son precisamente bajos.

Además, en esta ocasión a diferencia de lo que hemos vivido en los últimos años, tenemos que combatir el propio escenario dominado por la volatilidad: un escenario incierto puede ser poco volátil; un escenario volátil es muy incierto. Ya sé la pregunta que les ronda en estos momentos su cabeza: ¿han perdido entonces los bancos centrales eficiencia al manejar la confianza de los inversores sobre el futuro? Me refiero, naturalmente, a la confianza sobre el impacto positivo en la economía. En parte, la desconfianza económica sobre el futuro, además del impacto directo en las compras de renta fija, estaría detrás de la continua caída de las rentabilidades de la deuda. ¿Conundrum? No, pura racionalidad. El miedo es racional.

Pues, sinceramente, sigo pensando que infravaloramos el efecto positivo en la economía mundial de factores como la caída del precio del crudo. Además, creo sinceramente que hay una contención de gasto e inversión en muchas economías (europeas entre otras) que puede aflorar si le damos un poco de tiempo. Y en el caso concreto de las grandes economías, creo que hay margen para actuar desde sus autoridades. Me refiero, claro, a China. O también a Japón. Y luego, naturalmente está la economía norteamericana.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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