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“Vuelve el tronar de los tambores: la japonización de la Economía Global. Crucemos los dedos…”

Moisés Romero - Miercoles, 24 de Agosto

"Vuelve el miedo a los mercados y sus participantes respecto a la japonización de la Economía Global. Hace unos días conocimos que el crecimiento de la economía de Japón se estancó en el periodo abril-junio tras la fuerte cifra del trimestre anterior, golpeado por exportaciones y gasto de capital débiles, y reforzó la presión sobre el primer ministro Shinzo Abe para que implemente políticas que generen una expansión más sustentable. La economía japonesa creció a una tasa anualizada del 0,2 por ciento en el segundo trimestre, por debajo del promedio de los pronósticos del mercado de un 0,7 por ciento y con una marcada desaceleración respecto a la medición revisada del 2 por ciento en enero-marzo, mostraron el lunes datos de la Oficina de Gabinete. La baja cifra subraya los desafíos que enfrentan las autoridades de la tercera más grande economía mundial para poner un final sostenido a dos décadas de deflación, en momentos en que empieza a disiparse el impulso inicial de los programas de estímulo de Abe. "En general parece que la economía se está estancando. El gasto del consumidor es débil, y la razón es el bajo aumento de los salarios. Hay mucha incertidumbre por las economías extranjeras, y eso está frenando el gasto de capital", dijo Norio Miyagawa, economista senior de Mizuho Securities. El Gobierno japonés anunció este mes un paquete económico con medidas fiscales por 13,5 billones de yenes (133.000 millones de dólares), con la esperanza de que ayudaría a la economía doméstica a soportar los vientos desfavorables desde el exterior y apuntalaría una recuperación moderada. El banco central japonés también intensificó los estímulos el mes pasado incrementando las compras de activos de riesgo. Pero sigue presionado para actuar nuevamente el mes próximo, cuando lleve a cabo una evaluación general de los efectos de su programa de estímulo...", me dice el analista jefe de una importante gestora de fondos.

A principios de verano, Allan Conway, responsable de renta variable emergente de Schroders, señalaba que el patrón de crecimiento norteamericano y de la Zona Euro de la última década "es algo diferente al de Japón, con una caída y una recuperación posterior más pronunciadas". Pero, añade, esta última región "parece estar descendiendo a niveles más bajos que la economía nipona en los 90". Mientras, apunta, "China ha ido desacelerándose gradual y continuamente".

Con todo, si lo ocurrido en Japón sirve como modelo "entonces la recuperación en Estados Unidos y Europa se dará la vuelta y el crecimiento tendrá que 'luchar' para recuperarse".

Por otra parte, en lo que respecta a los precios, Conway indicaba que en los 90, tras su propia crisis, la economía nipona se instaló en la deflación, mientras que Estados Unidos y la Zona Euro parecen haberse estabilizado, en números bajos, pero positivos. China, por el contrario, parece mostrar una tendencia más "preocupante", pues el deflactor no deja de caer y no hay signos de estabilidad alguna.

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Al César lo que es del César. Hace cuatro años, el Equipo de Estrategia de Saxobank publicó: Después del desplome de la burbuja inmobiliaria y de deuda pública de Japón, a los bancos japoneses se les permitió “continuar y disimular”, exactamente lo mismo que están haciendo actualmente los bancos europeos. Los bancos eran en realidad bancos “zombis” que se mantenían operativos gracias a la liquidez brindada por el gobierno, pero que no eran capaces de hacer lo que deben hacer los bancos: prestar dinero a emprendedores privados prometedores.

En lugar de ello, la reducida actividad económica que ha tenido Japón desde 1996, ha sido principalmente el resultado de malas inversiones ridículas y poco productivas de parte del gobierno, en todo tipo de proyectos de infraestructura y de gasto público.

De hecho, la relajación cuantitativa combinada con el “estímulo” del gobierno ha canalizado recursos productivos hacia el sector privado mediante precios más elevados (el efecto céteris páribus de un suministro de masa monetaria M1 que se ha triplicado desde 1996). El gasto público improductivo le ha quitado lugar a inversiones privadas muy necesarias, a tal extremo que incluso la formación bruta de capitales ha disminuido más de un 2 por ciento anualizado desde 1996.

Dentro de este entorno económico disfuncional, el sector privado se ha rehusado caprichosamente a potenciar el gasto, anticipando en forma racional (mediante una “equivalencia Ricardiana”) que llegado el momento, deberá hacerse cargo de pagar la cuenta. Los contribuyentes japoneses han ahorrado todo lo que han podido para preparase para el inevitable Armagedón fiscal.

Y añadían ¿Qué se puede esperar?

Desde todo punto de vista, el experimento japonés ha sido un total y completo fracaso, y sin embargo, nuestros bancos centrales occidentales nos conducen unánimemente por el camino japonés. La política monetaria laxa está financiando eficazmente a los gobiernos. Los gobiernos europeos están emitiendo bonos que están siendo comprados por sus respectivos bancos. Los bonos son utilizados como colaterales en el BCE, el cual otorga después liquidez a los bancos. De esa forma, los gobiernos se liberan de la presión de tener que realizar reformas. El resultado, al igual que en Japón, será un entorno recesivo prolongado, en el cual las inversiones privadas y por lo tanto el aumento de la productividad se verán obstaculizados por el gasto público. En un entorno como este, los mercados financieros operarán dentro de una banda -reflejando parcialmente esperanzas de una recuperación o estímulo, reflejando parcialmente la desilusión ante los pronósticos de crecimiento y empleo.

Los inversores deben ser cautelosos (como siempre) y especialmente suspicaces ante la apariencia de tendencias sólidas en cualquier clase de activos. Se espera una reversión a medio plazo en todas las principales clases de activos a partir de ahora, debido a la dinámica mencionada anteriormente. Será una excelente oportunidad para los inversores, y un momento desafiante para los inversores de largo plazo.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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