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ABENGOA, su compleja deuda , de nuevo bajo la lupa

Robert Smith - Miercoles, 05 de Agosto

El día que Abengoa emitió bonos de alta rentabilidad por 375 millones de euros el pasado abril, la emisión se vendió como el último paso para la rehabilitación de la compañía energética española después de que sus prácticas contables asustasen a los inversores a finales de 2014. Sin embargo, menos de cuatro meses después, el bono vale poco más de la mitad de su valor nominal, dijo el martes IFR, un servicio especializado en renta fija de Thomson Reuters. Emitido al 97,954 por ciento para dar una rentabilidad del 7%, el bono a 2020 cayó hasta el 52,25 por ciento esta mañana con una rentabilidad equivalente a más del 26 por ciento el martes por la mañana, según datos de Tradeweb.

Este cambio drástico en la percepción que tiene el mercado sobre Abengoa tiene que ver con la preocupación de que la posición de liquidez de Abengoa no baste para sostener su compleja red de líneas de crédito, y empeoró tras anunciar sorprendentemente la víspera que quiere ampliar capital para fortalecer su balance.

Aunque Abengoa dijo que su posición de liquidez a nivel corporativo era de 1.600 millones de euros al cierre de junio, 1.400 millones estaban ligados a colaterales.

Durante una tensa teleconferencia de tres horas tras anunciar sus resultados semestrales el pasado viernes, el consejero delegado y el director financiero de la compañía se vieron forzados a negar que los fondos de la emisión de bonos de abril, dirigidos a amortizar parcialmente en el cuarto trimestre una emisión con vencimiento a 2016, se hubieran empleado en realidad para repagar otra deuda corporativa.

Un inversor de un fondo de cobertura (hedge fund) se pregunta por qué, si la compañía todavía tiene el dinero, no amortiza el bono ahora.

"Estás pagando un interés doble de manera innecesaria al dejar otro bono circulando. Además de que restablecería enormemente la confianza si repagasen la deuda".

Durante la conferencia, el co-director financiero Ignacio García Alvear dijo a los inversores que el bono a 2016 es el único vencimiento significativo de deuda el año que viene. Pero el foco se está moviendo a zonas más esotéricas de la estructura de capital de la compañía sevillana, como deuda con garantías o vinculada a la evolución de contratos de aseguramiento de crédito (CDS).

EL COSTE DE ASEGURAR LA DEUDA SE DISPARA

Abengoa rebajó drásticamente sus previsiones de flujo de caja libre el viernes pasado tras reconocer que tendrá que inyectar más fondos de lo esperado en sus proyectos en desarrollo. Sólo en Brasil, la compañía espera que la factura de inversión sume 1.500 millones de euros para lo que queda de 2015 y 2016.

"No es que estemos enamorados del capex o algo así", dijo el consejero delegado Santiago Seage. "Intentamos hacer inversiones rentables".

Abengoa ha financiado las primeras etapas de los proyectos, muy intensivas en capital, a través de una amplia variedad de diferentes vehículos este año.

Abengoa Greenbridge, que financia las primeras etapas de los proyectos de la compañía, ha emitido deuda respaldada por contratos de aseguramiento de crédito (CDS) este año hasta un total de 300 millones de euros, según dos inversores.

Esta particular vinculación podría explicar por qué Abengoa equiparó el mes pasado las garantías de sus bonos convertibles en un intento por detener las que consideraba "irracionales" posiciones tomadas por algunos inversores en CDS.

Sin embargo, lejos de conseguir el efecto deseado, los contratos a cinco años para proteger la deuda contra impago se dispararon del 28,75 por ciento antes del anuncio el 23 de julio a más del 50 por ciento el martes.

No obstante, Seage aseguró el viernes que los precios de los CDS de Abengoa "no han tenido impacto alguno en el negocio".

DAÑOS COLATERALES

Durante el presente año, Abengoa ha utilizado métodos de financiación alternativos en la fase inicial de sus proyectos.

El pasado 29 de junio, consiguió un préstamo "margin loan" de 200 millones de dólares para financiar la promoción, desarrollo y construcción de Agengoa Concessions Investments Limited.

La compañía acordó entonces presentar como colateral una participación del 14 por ciento de Abengoa Yield, la filial cotizada en Estados Unidos que compra los activos de la matriz una vez que están en fase de operación.

El precio de la acción de Abengoa Yield se movía en 32,22 dólares cuando se firmó el préstamo, pero desde enconches ha caído más de un 26 por ciento hasta 23,81 dólares lo que ha provocado inquietud sobre la necesidad de que Abengoa tenga que aportar más garantías si la acción sigue bajando.

Pero no solo las finanzas del grupo están siendo objeto de un meticuloso escrutinio ya que la semana pasada se supo que un operador quería deshacer sus posiciones en préstamos de Abengoa a precios de hasta el 72 por ciento.

La firma ha hecho un extenso uso de sus facilidades de crédito desde el primer trimestre del año entre rumores de posibles intereses vendedores que también han propiciado el estudio del riesgo de otro tipo de créditos bancarios.

Los bancos proporcionan liquidez a la empresa mediante el método de pago confirmado de proveedores que permite pagar a 180 días. Abengoa tenía a junio 2.200 millones de euros en líneas "confirming", pero no las clasifica como deuda corporativa.

En un informe publicado por el departamento de renta fija de Berenberg el mes pasado se describía a estas líneas "confirming" como "muy similares a deuda financiera a corto plazo".

Estas líneas comprometen 1.400 millones de euros de los 1.600 millones de euros de liquidez que el grupo declara a junio.

En el pasado, la compañía intentó transformar la financiación colateralizada en bonos para el pago a proveedores mediante una emisión de pagarés en dólares que luego amortizó, aunque el programa de emisión está en vigor. (Traducido por Jose Elías Rodríguez; y Carlos Ruano)




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