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¿Ante la tercera mayor burbuja de la historia?

Carlos Montero - Martes, 22 de Julio

¿Qué tienen los siguientes años en común? 1853, 1906, 1929, 1969, 1999. Esa es la pregunta que lanza al aire el analista Brett Arends del WSJ.

La respuesta es que en esos cinco años los mercados de valores formaron un techo generacional que provocó fuertes pérdidas durante los siguientes 30 años de cotización.

El problema es que según un reciente estuAdio realizado por Andrew Smithers de Smithers & Co., estamos cerca de repetir esos cinco techos anteriores.

Las acciones estadounidenses están sobrevaloradas en cerca del 80% según diversos ratios de valoración aplicados. En el caso de las acciones europeas las conclusiones son similares. Las cinco fechas anteriores, afirma este estudio, son las únicas veces desde 1802 donde el mercado de acciones ha estado sobrevalorado en un 50% o más. Y sólo en dos años -1929 y 1999, los niveles de sobrevaloración eran más grandes que los actuales.

Según Smithers nos encontramos cerca de desarrollar la tercera burbuja más grande de la historia en el mercado de valores estadounidense. Smithers basa su análisis en el estudio de los rendimientos de los 30 años posteriores, y una comparación entre el precio de las acciones desde 1900 en relación con la tasa  “Q de Tobin” que analiza cuánto costaría reemplazar a las empresas sus activos. Durante los últimos 10 años nada ha predicho mejor el rendimiento futuro de largo plazo de la renta variable que la tasa de reposición.

Es cierto que Smithers lleva defendiendo este escenario pesimista para las acciones durante bastante tiempo, pero como él mismo indica, es probable que los precios de estos activos suban aún más debido que están siendo impulsados por dos importantes fuerzas: El programa de flexibilización cuantitativa de la Fed y las operaciones corporativas. Sobre este último punto hay que resaltar que los principales compradores de acciones en EE.UU. en la actualidad son las propias empresas. Las compañías estadounidenses, y también muchas europeas, han estado pidiendo prestado dinero muy agresivamente debido a la extrema laxitud de las políticas monetarias actuales, y han utilizado este dinero para comprar sus propias acciones.

Como afirma Arends, probablemente la implicación más importante de este análisis no es lo que vaya a suceder hoy o la semana que viene, o incluso el año que viene. Lo relevante desde un punto de vista de mayor plazo es que es necesario recordar que las inversiones en acciones no siempre han generado rendimientos positivos. Por el contrario, el mercado de valores se mueve en grandes ondas alcistas y bajistas con duraciones de varias décadas, donde los fuertes rendimientos se alternan con periodos de rentabilidades mediocres o incluso negativas. Pues lo que Smithers nos dice con su análisis es que probablemente nos encontramos iniciando uno de esos largos periodos de rendimientos exiguos o nulos.

¿Pero que podría iniciar el desplome de los mercados de valores? Smithers cree que hay varias posibilidades:

- La salida de la Fed de su política monetaria ultra expansiva podría ser una causa para las caídas de los mercados. La investigación de Smithers muestra con claridad que el auge del mercado de valores ha seguido casi exactamente el rápido aumento de la oferta monetaria.

- En segundo lugar, las empresas podrían dejar de pedir préstamos y recomprar sus acciones. Sus hojas de balance podrían verse dañadas con un excesivo apalancamiento, y dado la subida de los títulos, estas compañías podrían decidir tomar beneficios de sus propias acciones.

- Una tercera causa podría ser un retorno a la estanflación del estilo de la de 1970. Contrariamente a lo que el mercado piensa, la productividad de EE.UU. ha ido disminuyendo desde hace años. Esta desaceleración del crecimiento podría sentar las bases para un aumento de la inflación y las tasas de interés, junto con un crecimiento económico bajo. Esto debilitaría el precio de las acciones y el optimismo de los inversores.

Cualquiera de estas razones, u otras no mencionadas por el autor podrían poner de manifiesto la alta sobrevaloración de los mercados de valores en la actualidad. Ahora bien, esto podría suceder esta semana, este mes o el próximo año, y mientras tanto, las bolsas podrían seguir ganando altura.




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