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Autocartera, la señal positiva para inversores

Victoria Torre Self Bank Responsable de Análisis y Producto - Sabado, 07 de Mayo

Que una empresa pueda ser accionistas de la misma empresa puede resultar chocante, pero es real y se conoce con el término "autocartera". La autocartera se refiere a que la empresa, del mismo modo que cualquier podrías hacerlo, posee un paquete de acciones de la propia compañía porque ha acudido a la Bolsa a comprarlo. El fin por el que una empresa toma la decisión de llevar a cabo planes de recompra de acciones es muy variada, bien sean para estabilizar los precios del propio mercado, para llevar a cabo acciones de retribución a accionistas, directivos y empleados, para venderlas de nuevo en un futuro o solamente para amortizarlas en una reducción de capital, disminuyendo de este modo el número de acciones en circulación. A modo de ejemplo, a comienzos de 2016, Telefónica anunció que había incrementado su autocartera hasta disponer del 3,29% de su capital en acciones propias, aprovechando los descensos de las acciones de la empresa durante los meses anteriores.
 

Límites legales de la autocartera

 

La autocartera está regulada en la legislación española y europea, estando restringida a un máximo del 5% del volumen total de acciones en el mercado o bien del 10% del capital social que se destina a la propia autocartera. Esta medida es lógica si tenemos en cuenta que disponiendo de información de primera mano no tendría ningún sentido dejar que la propia empresa participe en los mercados financieros de forma ilimitada.

 

Además, la compañía que lleva a cabo operaciones de autocartera se ve obligada a informar a la CNMV, por lo que siempre se tendrá constancia de los incrementos y descensos del nivel de autocartera de cada empresa que practique esta política.

 

Autocartera ¿positiva o negativa?

 

Que la propia compañía apueste por invertir en sus propias acciones suele ser una señal que el mercado recibe con optimismo, pues suele conllevar una recuperación de los títulos no solo por el mensaje positivo lanzado, sino también por el simple hecho de, en cierto modo, reducir las acciones en circulación, y por ende, la oferta.

 

Tampoco podemos olvidar que si una compañía toma la decisión de destinar parte de su capital en comprar acciones propias, probablemente disponga de una mayor información como para determinar que en el momento en el que está llevando a cabo esa compra de acciones los títulos de la empresa están “baratos”.




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