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“Bruselas contra las máquinas y las máquinas contra (o a favor) del mercado ¿Dónde estoy yo?...”

Moisés Romero - Viernes, 01 de Agosto

"Que las máquinas son las dueñas del cotarro bursátil deberían saberlo todos los participantes en el mercado. Ahora Bruselas prepara una batería de medidas, dicen los medios, contra las máquinas que hacen y deshacen a su antojo. Se trata de la segunda edición de la Directiva Mifid, creada para proteger al pequeño inversor. Ya está aprobada y, aunque irá entrando en vigor de forma paulatina para estar totalmente operativa en 2017, ahora deben abordarse los detalles. La cuota mercado de este tipo de operativa –que se lleva a cabo a través un algoritmo informatizado sin ninguna o muy poca intervención humana– en Europa oscila entre el 35% y el 40% del volumen total negociado, según el bróker estadounidense Rosenblatt, especializado en el análisis de las estructuras de los mercados bursátiles de todo el planeta. En la Bolsa española supondría que este tipo de operativa ha movido entre 160.000 y 180.000 millones de euros en lo que va de 2014. En Wall Street, la cuota de la negociación efectuada por máquinas sube hasta el rango de entre el 50% y el 55%, debido a que es el mercado más líquido y también a que los supervisores estadounidenses –principalmente, la SEC– están a gusto con su presencia. Y eso pese a los sustos del pasado, como el desplome repentino de las Bolsas estadounidenses el 6 de mayo de 2010. El Dow Jones pasó de caer un 2% a un 10% en cuestión de segundos..."

 

"Se cuenta ahora que en Europa no están dispuestos a pasar por trances similares. No solo no se dará más cancha a la especulación a través del high frecuency trading, sino que se le pondrá vigilancia adicional. La Mifid II especifica que este tipo de negociación implica “riesgos de que se generen órdenes duplicadas o erróneas, u otros tipos de anomalías que puedan causar trastornos en el mercado", y añade que pueden exacerbar “la volatilidad en caso de que el mercado tuviera ya una situación problemática..."

"Y hago estas referencias, porque el Poder de las Máquinas en los Mercados nos es baladí y por la tardanza de las Autoridades en poner cero al asunto. Porque con tanta máquina y tanto trading ¿dónde estoy yo, dónde me sitúan las estadísticas, dónde está el inversor final? Y, por supuesto, ¿cuál es mi capacidad de reacción?...", me escribe Santiago Camuñas, economista y operador en Bolsa.

 

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¿Las máquinas inteligentes provocarán un desempleo masivo?

Un amplio informe realizado por James Bessen del Washington Post recoge la opinión de varios académicos e investigadores económicos sobre la posibilidad que la evolución tecnológica provoque pérdidas masivas de empleo.
Los profesores del MIT Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee creen que esta posible pérdida masiva de trabajo para el ser humano, al verse desplazado por máquinas cada vez más eficientes, va a depender de si la nueva tecnología aumenta la demanda de bienes y servicios. El razonamiento es que el uso de máquinas en vez de mano de obra humana abaratará los costes, esto reducirá el precio de bienes y servicios, por lo que aumentará la demanda, y se incrementará la producción, generando más puestos de trabajos que compensarán la pérdida anterior. La clave para Brynjolfsson y McAfee es si la nueva tecnología creará nuevas fuentes de demanda no satisfecha.

Así, mientras que la tecnología podría eliminar puestos de trabajo en las industrias más antiguas, siempre que las nuevas tecnologías generen nuevas e importantes necesidades, el efecto neto no significará un desempleo masivo.

Es evidente que algunas nuevas tecnologías, como el coche sin conductor, crearán necesidades no satisfechas. En este proceso, se eliminarán puestos de trabajo y ocupaciones específicas. Esto puede aumentar la desigualdad económica durante un tiempo. Las nuevas oportunidades, que requieren nuevas habilidades y los nuevos modelos de negocio, podrían desarrollarse de forma lenta. Sin embargo, esta visión del futuro difiere marcadamente de las predicciones de un desempleo masivo y una cada vez mayor desigualdad económica.

Brynjolfsson y McAfee argumentan que la primera oleada tecnológica ha desplazado a los trabajadores, no los ha reemplazado. Es cierto que la tecnología informática se ha hecho cargo de muchas tareas que venían realizando los seres humanos, pero esto no significa necesariamente que se hayan eliminado los puestos de trabajo en general. Desde la década de 1970, los cajeros automáticos se han apoderado de las tareas de los cajeros de banco, el software de procesamiento de textos ha reducido la necesidad de los mecanógrafos, la tecnología de voz ha reemplazado a los telefonistas, el software de contabilidad y logística se ha hecho cargo de los contables, y la edición electrónica ha ocupado el puesto de los tipógrafos. Pero estos cambios también han aumentado la demanda de los servicios afectados, compensando las pérdidas de empleo asociados a la automatización.
Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, hay más cajeros de bancos ahora que antes de los cajeros automáticos. La razón es porque el número de sucursales bancarias ha aumentado dramáticamente –el menor coste por operación ha permitido a los bancos satisfacer las necesidades de muchos más consumidores. En otros casos los trabajadores tuvieron que desplazarse a diferentes ocupaciones. Hay menos telefonistas, pero más recepcionistas. Hay muchos menos tipógrafos hoy, pero muchos más diseñadores gráficos. La autoedición y el diseño de software aumentaron la demanda de publicaciones de todo tipo.

Así, mientras que la tecnología ha eliminado los empleos para tipógrafos, telefonistas y mecanógrafos, ha creado otros nuevos puestos de trabajo. Para ver si las máquinas sustituyeron los trabajadores en general, tenemos que mirar el número total de puestos de trabajo afectados por la tecnología, no sólo a las ocupaciones individuales.

Esta tabla, utilizando datos de la Encuesta de Población Actual de la Oficina de Estadísticas Laborales, muestra tasas de crecimiento de empleos desde que comenzó la revolución informática en grandes grupos ocupacionales clasificados por el uso de las computadoras:



Mientras que la fuerza de trabajo en su conjunto creció un 1,1 por ciento al año, los grupos profesionales que utilizan más los ordenadores crecieron más rápidos, no más lentos. En particular, administrativos y puestos de ventas -el grupo que incluye a los cajeros de banco, mecanógrafos, contables, etc.

En otras palabras, los trabajadores fueron desplazados a otras ocupaciones dentro del grupo, ya que la nueva tecnología crea más demanda. Este desplazamiento tiene sus costos. Los nuevos puestos de trabajo requieren de habilidades y de educación que muchos trabajadores no tienen, lo que contribuyó al aumento de la desigualdad económica.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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