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Deberíamos celebrar el voto de Escocia

Martin O'Rourke Martin O'Rourke Managing editor, TradingFloor.com / Saxo Bank Dinamarca - Martes, 16 de Septiembre

¿No hay algo un tanto maravilloso en el voto de Escocia por su independencia el próximo jueves?

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La riña entre el Sí y el No es cada vez más fuerte y la cínica oferta de Westminster para intentar influenciar el voto en el día de ayer salió bastante mal en términos de relaciones públicas.
Uno se atreve a pensar cómo podría haber salido ese ejercicio en particular si el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) de Nigel Farage fuera el tercer partido en términos de poder, que bien podría ser después de las próximas elecciones generales. Dejando esto de lado, la desesperada oferta para cambiar el rumbo fue muy similar a la forma que Red Adair utilizó para llegar y controlar los incendios en las plataformas petrolíferas en todo el mundo en los años 1970.


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Cualquiera que sea el resultado, la referéndum por la independencia de Escocia es algo que debemos celebrar como un ejercicio de democracia en un Reino Unido cada vez más problemático. Foto: iStock
 
No siempre lo lograba y la alegre banda de Cameron encontrará que simplemente avivaron las llamas de la independencia.
 
 
Sin embargo, el simple hecho de que el proceso está ocurriendo es notable. En un mundo aún más complejo, hay algo que realmente se debe celebrar aquí y es que los principios fundamentales que respaldan a la sociedad occidental y las tradiciones europeas permiten que se lleve a cabo este proceso justo y democrático.
 
 
Ya lo hemos visto en Quebec, obviamente, pero si miramos el fracaso de Yugoslavia hace 20 años, podremos volver lo mal que puden salir estas decisiones.
 
 
Jugar sucio en este referéndum es algo más que el Royal Bank of Scotland afirme que si gana el "Sí" a la independencia se llevará su negocio a Londres, y las serias advertencias sobre el impacto que la independencia tendrá sobre la economía de Escocia y el resto del Reino Unido.
 
Nadie niega que hay asuntos importantes en juego. No ha sido fácil para la libra esterlina, ya que el impulso detrás de la campaña por el "Sí" es cada vez mayor y los mercados odian la incertidumbre por encima de todo. También es probable una poderosa discusión por el petróleo del Mar del Norte una vez que esto se acabe, aunque el voto por el "No" gane.
 
 
Las consecuencias para Europa en su conjunto también son claras. Si Escocia escoge la independencia, entonces los catalanes y los vascos estarán golpeando las puertas de Madrid, la minoría flamenca en Bélgica tendrá esperanzas para irse por su cuenta, e incluso algunas partes de Italia podrían impulsarse hacia el camino de la soledad.
 
 
Pero si analizamos los extremos en Europa, veremos por qué este proceso se merece un aplauso. En Ucrania, la guerra civil se enfureció con Moscú influenciando a los representantes aproximadamente un cuarto de siglo después de que Kiev lograra zafarse de la Unión Soviética. Llega el año 2039, ¿alguien se imagina un escenario en donde Londres pudiera incentivar a los separatistas al norte del Muro de Adriano a apoderarse de partes del territorio? Obviamente, esta idea es ridícula.
 
 
Si pudiera votar, ¿qué elegiría? Solo debo decir que la pista está en mi apellido. La independencia de Escocia inevitablemente tendrá un efecto colateral sobre Irlanda. Pero sería una decisión tomada con el sentimiento y no la cabeza.
 
¡Buena suerte, Escocia, decidan lo que decidan!
 
 
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Parece bastante acertado decir que el caos que se vivió en Ucrania este año no se repetirá en Escocia en el año 2039. Foto: Thinkstock
 
 
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