Devaluación interna interior
Santiago Niño Becerra - Jueves, 07 de MayoEl problema, pienso, es que el estudio de Patrick Arthur se hizo en un momento de estabilidad sistémica –que no necesariamente de estabilidad coyuntural– y no de crisis de modelo que es donde ahora nos hallamos. Es decir, España está deprimiendo sus costes laborales y empobreciendo a su ciudadanía, pero hoy la ventaja competitiva que eso comporta se agota sin que haya generado un efecto multiplicador en la economía ya que es posible sustituir factor trabajo, aunque se abarate este, por tecnología –al abaratarse esta– y precisarse una calidad que la mano de obra no puede suministrar.
Me lo explicaba ayer un pagés del Penedés: la mecanización de la recogida de la uva llegó para abaratar costes laborales debido a que esa tecnología había bajado de precio, pero esa tecnología permitía recoger la uva es unas condiciones que mejoraban a las manuales: de noche y con una rapidez mayor, por lo que la uva se oxidaba mucho menos. Ello ha ocasionado que la vendimia ocupe a menos personas –independientemente del salario– que pueden ocuparse en menos empleos por lo que al aumentar la oferta de trabajo los salarios y las condiciones de trabajo caerán. En el Sector Industrial cada vez se están produciendo más situaciones como esta: la miniaturización y la creciente calidad requerida hacen inviable la utilización de trabajadores humanos, lo que, además, comporta una caída de los costes de producción al aumentar la productividad.
España abarata costes laborales y empeora condiciones de trabajo porque la alternativa: aumentar productividad y calidad a base de inversión, es inviable debido a las necesidades de capital que se requerirían para recuperar décadas perdidas. Es decir, salvo en zonas muy concretas, la economía española está condenada a producir bajo valor añadido con una reducida productividad y remunerando a sus trabajadores con unos bajos salarios. Y, evidentemente, a sufrir un elevado desempleo estructural y un abultado subempleo.
España, en el siglo XIX, perdió un tren, un tren que ya no volverá a pasar porque los Estados que conocemos están disipándose en favor de los clusters y de las zonas reticulares. De todos modos, España nunca pudo ser Dinamarca. Es un consuelo bastante pobre, ya.
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Recordatorio
Hoy, a las 19:30h, presento mi nuevo libro 'La Economía. Una Historia muy personal' en el Col·legi d´Economistes de Catalunya, Pl. Gal·la Placídia, 32, Barcelona.
Para registrarse: http://www.coleconomistes.cat/Eventos/wf_curso.aspx?IdMenu=a2ef68da-9e11-4618-b4cc-30e817f701cd&Cod=7000&Idioma=ca-ES
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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