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El engañoso atractivo de la sofisticación financiera

Carlos Montero - Martes, 03 de Mayo

Una de las cuestiones más controvertidas de todos los tiempos  en los mercados financieros, ya se hablaba en tiempos de la Gran Depresión, es el valor añadido que otorgan los gestores profesionales. Actualmente existen multitud de instrumentos financieros que nos sirven para indexarnos a un índice general o a cualquier otro tipo de activo. Las comisiones son menores que en los fondos de gestión activa y los resultados no se han probado que sean peores. Básicamente la cuestión es contestar a la siguiente pregunta: ¿Utilizo mi dinero para comprar un índice y mantener durante un largo periodo de tiempo, o lo meto en un fondo de inversión para que sea gestionado por un profesional?

Gran parte de mi carrera en los mercados ha sido de gestor, y tengo que decir, que en la mayoría de los casos es mejor comprar un índice y mantener. Es cierto que hay fondos gestionados por profesionales muy cualificados que consistentemente vencen a los índices de referencia, pero en promedio, lo normal es que no sea así. La diferencia es aún mayor cuando hablamos de los fondos de cobertura (hedge funds), donde se utiliza una gestión sofisticada que consume grandes recursos y que normalmente suele ser muy cara. La promesa de que estos fondos son beneficiosos tanto con los mercados alcistas como bajistas se queda simplemente en eso, una promesa.

Warren Buffet, en su último encuentro con inversores, declaró que entendía la frustración de los partícipes en fondos de cobertura que asumían un alto coste en comisiones y que fracasaban en el propósito de batir a los fondos índice.

El coste promedio de estos fondos en EE.UU. es de un 2% del valor de los activos, más del 20% de los beneficios. “Es una compensación increíble para mí”, afirmaba Buffet.

Pero este mítico inversor no sólo se queda en las palabras. En 2008 hizo una apuesta contra Protege Partners afirmando que la estrategia que este último empleaba invirtiendo en fondos de cobertura no podría vencer en rentabilidad a un fondo de Vanguard que seguía la evolución del S&P 500. El perdedor tendría que donar un millón de dólares a la organización caritativa que eligiera el ganador. El plazo es a final del próximo año.

Hasta ahora la apuesta va de la siguiente manera: El conjunto de fondos de cobertura que eligió Protege Partners ha tenido una rentabilidad en los 8 años que llevamos del 21,9%. El S&P 500, y por tanto el fondo indexado de Vanguard, ha obtenido una rentabilidad del 65,7%. Mucho tienen que cambiar las cosas para que Buffet no gane la apuesta.

La salida de flujos monetarios de los fondos de cobertura en EE.UU., también en Europa pero menor al estar éstos menos implantados, está siendo muy importante en los últimos tiempos. Los hasta ahora todopoderosos inversores como Alan Howard o Paul Tudor Jones ven como miles de millones de dólares son retirados por sus clientes. Las razones para este hecho son dos principalmente:

- Las rentabilidades obtenidas no están batiendo a fondos más convencionales o a los índices de referencia.

- Los honorarios de estos fondos son muy elevados.

Los fondos de cobertura son el exponente máximo de “la estupidez” que una vez reinó, sino lo hace todavía, en los mercados financieros. Las sofisticadas estrategias algorítmicas de inversión, con decenas de graduados de las mejores universidades del mundo elaborándolas, se han demostrado en el largo plazo menos rentables que comprar el S&P 500 y esperar. Eso sí, son mucho más vendibles a gente con mucho dinero y poco conocimiento financiero.

Warren Buffet fue muy gráfico sobre este punto: “Se supone que las personas sofisticadas, las generalmente más ricas, contratan a prestigiosos asesores. Y un asesor no les va a decir ‘acabo de comprar un fondo índice del S&P 500 y tengo pensado sentarme y ver como evoluciona los próximos 50 años’. Uno no llega a ser asesor de esa manera, y ciertamente tampoco consigues una comisión anual” 




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