La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“El miedo a la Bolsa y la Represión Financiera animan la compra de viviendas de lujo (y de no lujo)”

Mar Revuelta - Viernes, 01 de Julio

Vuelve el ladrillo, una posición inversora que siempre ha estado viva en el ánimo de Juan Español. Hablo con M. G. uno de los viejos lobos de mar de la Bolsa española. Jubilado desde años, pero con la mente limpia y siempre con el dedo en el gatillo, por si se presta alguna oportunidad en Bolsa. "Mis amigos jubilados están indignados con el destino de sus ahorros, con el intervencionismo de los mercados, con los tipos de interés cero, con la dificultad que entrañan los mercados ¿Qué hago con mi dinero con tipos cero? Me preguntan sobresaltados, por aquello de mi larga experiencia en Bolsa. He estado repasando en los últimos meses una amplia serie de escritos, manuales, ensayos y libros, en general, relacionados con el mundo de la inversión y la Bolsa y he concluido, junto con otro puñado muy selecto de analistas, de que en los últimos quinientos años (500) nunca el Mundo Financiero Global conoció un nivel de Represión Financiera tan brutal, tan atroz, tan desmesurado como el actual. Nunca en los últimos 300 años los tipos de interés en el mundo estuvieron tan bajos durante tanto tiempo y nunca, en este periodo, hubo una distorsión tan exagerada entre la economía real y financiera. Mis amigos sienten pánico cuando les hablan de la Bolsa y miedo cuando les hablan de tipos cero. Por eso, la mayor parte de ellos busca viviendas de lujo (y de no lujo) Vuelve el ladrillo al Reino de España..."

En un informe reciente de los analistas de Bankinter se subraya que las Perspectivas de demanda en 2016 son de viento a favor para seguir creciendo. Las compraventas de vivienda continuarán ganando momentum durante el año 2016. En anteriores informes del sector inmobiliario ya hemos señalado que la recuperación del mercado inmobiliario no supondrá en modo alguno recuperar los niveles de demanda de los años del boom inmobiliario. El descenso de la población por un saldo migratorio negativo, la toma de conciencia de que los precios inmobiliarios sí pueden bajar y, especialmente, una tasa de paro que seguirá siendo superior al 17,5% hasta finales de 2017 suponen cambios estructurales en el mercado que hacen inalcanzables los niveles de demanda superiores a 900k viviendas anuales. Sin embargo, la lejanía de estos máximos no implica que no nos encontremos ante un escenario de crecimiento de las ventas de vivienda, que se verán impulsadas por los siguientes factores: Ciclo expansivo y mejora del empleo.

La economía española crecerá durante el año 2016 a una tasa superior a +2,5%, lo que permitirá que se mantenga la tendencia positiva del mercado laboral en próximos trimestres. Aunque el ritmo de creación de empleo se ralentizó en el 4T’15, la reducción de la tasa de paro hasta el 20,9% frente a 26,9% en 1T2013 y el aumento del número de ocupados en 525k personas (de las cuales 171k tienen contrato indefinido) pueden suponer un catalizador para la demanda de vivienda. Costes de financiación reducidos. El contexto de bajos tipos de interés es una nueva normalidad que ha llegado para quedarse, al menos hasta finales de 2017. El Euribor 12m se mantendrá en niveles próximos a 0% durante 2016 y las condiciones de acceso al crédito seguirán mejorando: (i) la morosidad hipotecaria se ha reducido hasta 5,1% frente a 6,3% en el peor momento del ciclo (1T14). (ii) La Encuesta sobre Préstamos Bancarios publicada por el Banco de España en enero de 2016 muestra que los bancos detectan un aumento de la demanda, no se prevé un endurecimiento en los criterios de aprobación de préstamos y más de un 20% de las entidades tienen la intención de destinar los fondos obtenidos en las LTROs a créditos de vivienda.

Rentabilidad frente a inversiones alternativas. La rentabilidad bruta por alquiler de la vivienda destaca positivamente si se compara con otras alternativas de inversión que están ofreciendo rentabilidades cercanas a 0% como los depósitos o la renta fija a largo plazo. La ausencia de alternativas de inversión (excepto la renta variable) y la ausencia de inflación configuran un contexto de mercado en el que la inversión en vivienda puede proporcionar una rentabilidad bruta cercana a 4,0%, lo que reforzará la demanda siempre que no se produzcan cambios en la legislación que generen mayor incertidumbre en el alquiler. Tendencia “cultural” a la compra. A pesar de que la demanda y las posibilidades de acceder a una vivienda se redujeron de forma dramática durante la crisis, el porcentaje de viviendas en régimen de alquiler continúa siendo reducido y ha aumentado de forma escasa (21% actual frente a 17,2% en 2011). La proporción de casas que se encuentran en régimen de propiedad y uso en España (78,8%) es el más elevado de los países de nuestro entorno y sensiblemente superior al promedio de la Eurozona (67,7%). En consecuencia, la propiedad continuará siendo la alternativa dominante en un escenario de recuperación económica.

En definitiva, mantenemos nuestras estimaciones de demanda de vivienda en 420k unidades para el año 2016, lo que implicaría un crecimiento de +6,5% con respecto a 2015. Las condiciones favorables para el mercado inmobiliario tendrán continuidad en el año 2017, en el que la demanda total de vivienda debería repuntar hasta 450k unidades. La vivienda usada continuará concentrando más de un 85% de las operaciones totales en los próximos trimestres. En 2017, a medida que las casas que han comenzado a construirse desde el 2S15 salgan al mercado, las ventas de vivienda nueva deberían repuntar a tasas superiores a +15%, de forma que las ventas de vivienda nueva podrían alcanzar las 60k-70k unidades anuales, una cifra inferior a la demanda de 70k-80k unidades que estimábamos anteriormente.

 

Y vuelvo a la conversación con mi amigo M. G.

"¿Qué indica el miedo, el pánico de mis amigos? Que el mundo está peor de lo que parece ¿Y a qué conduce esto? Nadie lo sabe. Tampoco los bancos centrales. En Bolsa como en otros mercados lo más fácil es comprar y lo más difícil, vender. Con las QE y otros instrumentos manejados por los bancos centrales sucede lo mismo: lo fácil es comprar activos, lo difícil es cuánto, cómo y, cuándo venderlos. Pero ¿qué hacer con el dinero, cómo se comportan los activos en un escenario de tipos cero. Veamos el ejemplo siguiente:"

Desde 1928 a 2014 las acciones han ganado un 4,6% más que los bonos a 10 años (9,6% vs 5,0% anual). Es lo que se denomina en finanzas prima de riesgo.

A causa de que los tipos de interés en el mercado de bonos estén tan bajos en la gran parte del mundo ha hecho pensar a muchos inversores que el retorno de las acciones también tendría que ser bajo. La primera tabla adjunta muestra la rentabilidad del S&P 500 a 3, 5 y 10 años según la rentabilidad del bono a 10 años de EE.UU.

Vemos que cuando la rentabilidad es menor al 3% la rentabilidad anual del S&P 500 en los siguientes años es muy elevada, por encima del 12% en todos los plazos señalados. Esto podría hacernos pensar que es un buen momento para invertir, pero como vemos en la segunda tabla adjunta, el rango de fluctuación de las rentabilidades es muy amplio, con años con rentabilidades negativas de hasta el 8,4% y subidas por encima del 29%

El escenario idóneo para invertir, aunque pudiera parecer lo contrario, es cuando la rentabilidad de los bonos es muy elevada, por encima del 9%




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