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El problema de la banca

DROBLO - Miercoles, 29 de Junio

¿Cómo es posible que un negocio tan controlado y mimado por nuestras autoridades pueda generar tantas dudas, cómo es posible que un negocio aparentemente tan lucrativo  como tomar dinero barato y prestarlo caro no sea suficiente para asegurar la viabilidad de la banca?

Bueno, antes de nada hay que hacer un simple cálculo teórico que creo ayudará a entender algunas cosas. Si yo presto 100 mil € a 10 personas y uno de ellos no me devuelve el dinero, ¿a qué tipo de interés debo prestar los otros 900 mil para no perder dinero? Pues si quiero obtener un mínimo de 100 mil € en intereses que es lo que he perdido, deberé prestar al 11.11%. Por supuesto esto es un ejemplo simplista para ver que no es tan fácil ganar dinero prestándolo pero no es del todo así, aunque un crédito entre en mora y haya que provisionarlo por el 100%, se suele recuperar una gran parte, especialmente si hay avales o avalistas, además he hecho el cálculo para un año pero el tiempo que los tomadores pagan intereses suele ser mucho más largo. No obstante, demuestra una gran verdad: a más alta morosidad, menos baratos serán los tipos de los préstamos y si además la expectativa es que esa morosidad aumente o se mantenga (por eso las expectativas son tan importantes), peor aún por mucho que los tipos oficiales estén bajos. Y esto vale para bancos privados y para bancos públicos, ambos deben vigilar a quién prestan: unos porque responden ante sus accionistas y otros porque responden ante todos los ciudadanos que costearán las pérdidas si suceden.

Es por eso que en un mundo sin apenas crecimiento los bancos no saben qué hacer con la liquidez: por un lado invertir es arriesgado y prestar para que otros inviertan, también. No hablamos sólo de créditos a personas, sobre todo de créditos a empresas. Unas quitas como las que han tenido que asumir varias entidades financieras en Pescanova o en Abengoa, por poner dos ejemplos famosos entre las muchas empresas que han tenido problemas los últimos años, obligan a encarecer los préstamos a otros acreedores. Y cada vez que se relaja una exigencia, los tipos suben: si queremos la dación en pago, las hipotecas serán más caras o si queremos prohibir los desahucios, lo mismo. Además, los problemas de morosidad de las empresas acaban convirtiendo muchas veces al banco en accionista de ellas como ha pasado con muchas inmobiliarias en España, con lo que la calidad de activos del banco en ocasiones viene impuesta por la morosidad en lugar de por una selección meditada.

Luego está el tema de los bajos márgenes que se achaca a los bajos tipos de interés pero que tiene también mucho que ver con la transformación que ha supuesto la banca on line que está dejando en evidencia a la banca tradicional, obligada a cobrar más comisiones para poder mantener una cara infraestructura que no se justifica por su rentabilidad, incluso tras haber recortado empleos y oficinas por todo el mundo. Y en un futuro muy cercano es muy posible que empresas tecnológicas ofrezcan servicios financieros pudiéndose quedar con una gran cuota del negocio. Por otra parte, si el banco no gana dinero con su negocio tradicional buscará la rentabilidad asumiendo más riesgos en los mercados financieros convirtiendo sus beneficios en rehenes de la evolución de éstos.

Hay quien dice que la culpa de los problemas de la banca está en el exceso de regulación. No estoy de acuerdo, la regulación se ha mejorado en los últimos años y no debe debilitarse pero toda la regulación del mundo no servirá si hay una nueva crisis económica, o empeora la actual, porque los bancos, por culpa del bajísimo coeficiente de caja, tienen más dinero invertido del que realmente tienen. Mientras el coeficiente no suba, y mucho (como he defendido desde hace años), van a ser vulnerables a las crisis cíclicas y como todos (gobiernos y oposiciones) creen que la solución a la crisis está en que los bancos presten más, vamos por el camino contrario.

Los bancos deberían disponer de menos liquidez y prestarla/invertirla con el mayor control posible, es la única forma de acabar con su vulnerabilidad. Pero eso reduciría el crecimiento económico actual basado en la deuda y eso no lo quiere nadie. En eso están de acuerdo todos, tanto los de izquierdas como los de derechas y en concreto en Europa liderados por Draghi que inyecta cada vez más dinero barato y castiga a quien no lo hace cobrándole por sus depósitos. Pero BCE actúa de forma contraproducente al pedir más créditos a la vez que impone los tipos negativos, como explica el profesor Eijffinger:

Los bancos son reacios a trasladar la tasa de depósitos negativa a la tasa de ahorros, por miedo a perder depositantes. Por ende, se ven obligados a aumentar aún más sus márgenes en las hipotecas y los préstamos a pequeñas y medianas empresas. En consecuencia, contrariamente al objetivo del QE, están otorgando menos crédito a los hogares y las empresas.

Y si yo tengo una tienda que no vende, por más dinero que me presten al 0% con la garantía de mi stock, seguiré sin obtener beneficios y con el riesgo de que mis productos bajen de precio. No olvidemos que cuando BCE presta a las entidades financieras lo hace a cambio del aval de sus activos y por tanto no es BCE el que asume el riesgo de su impago o depreciación sino el banco.

Es decir, quieren obligar a los bancos a que relajen sus exigencias para que muevan el dinero, con eso aumentarán el riesgo y al menor asomo de recesión económica, caerán. No hay que ser un genio para saber que antes o después habrá otra recesión económica global puesto que las hay periódicamente; si los bancos de todo el mundo han sufrido con la quiebra de algunas pequeñas petrolíferas en los EUA, recesión en algunos emergentes y un descenso puntual en las bolsas de todo el mundo, ¿qué pasará cuando haya otra crisis? (no olvidemos que lo que hizo Draghi el otro día fue salvarlos del grave problema de los vencimientos de deuda de 2017 como bien explica aquí Kike Vázquez). Pues que los bancos sufrirán tanto que los estados saldrán con dinero público a intentar salvarlos con la excusa de la estabilidad financiera. Pero el pecado primero es incitarles a arriesgar de más. En España lo sabemos muy bien, por eso ningún banco privado quebró y las cajas sí, porque fueron las que más presiones políticas sufrieron para relajar sus criterios de inversión (aparte de colocar a corruptos en cargos de gestión, también por presiones políticas) con la permisividad del Banco de España cuyo gobernador también es un cargo político.

Pensar que con más créditos saldremos de la crisis y que es una buena política obligar a la banca a que aumente el riesgo, es de cortoplacistas. Pero es que además es una enorme contradicción con el afán regulatorio de los últimos años, no es de recibo aumentar exigencias de capital a las entidades financieras a la vez que las obligan a que arriesguen más con ese capital. Que se aclaren.

DROBLO




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