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El “salvamento” de la Fed no es otra cosa que una artera manipulación de los mercados

Carlos Montero - Lunes, 25 de Mayo

"En tiempos de alta incertidumbre, el activo más valioso no es ninguna divisa o metal precioso per se, sino la liquidez. En temporada de tormenta, la liquidez es esa isla en medio del océano que permite sobrevivir a quien la alcanza", afirma el economista Guillermo Barba, y estamos totalmente de acuerdo. No solo nosotros, el que es probablemente el mejor inversor de todos los tiempos, Warren Buffett, tiene el mayor nivel de liquidez en su fondo de la historia, más de 130.000 millones de dólares.

Barba añade que actualmente, la recomendación es centrar su estrategia en activos líquidos, de los cuales, el dólar es el principal y más importante, por lo que debe tener la posición mayoritaria en su cartera. En segundo sitio pero no por eso menos importante, está el oro.

"A diferencia de una acción, un bono o cualquier otro activo, cuando se tiene en propia mano el oro da poder de compra sin riesgo de incumplimiento de ninguna contraparte. Por si fuera poco, ante un nuevo ‘tsunami’ de liquidez por parte de la Fed, el oro seguirá ganando valor como tendencia mayor. No tenga la menor duda. El oro pues, debe tener una proporción tan importante como la del dólar o cercana a ella en su cartera"

Y es que según Barba, la Fed puede hacer esto y más por el (ilegítimo) privilegio que tiene de crear dinero “de la nada” (en realidad, de la deuda) para “salvar” la economía. Recordemos que a diferencia de otras autoridades monetarias la Fed tiene el mandato dual de la estabilidad de precios y maximizar el empleo.

Esta es la excusa perfecta para abusar de su poder de creación monetaria, para lo cual manipula los precios más importantes en la economía – las tasas de interés- a través de operaciones de compra y venta masivas en el mercado de bonos.

Desde luego, la justificación parece impecable: “estamos salvando la economía de la debacle, inyectando la liquidez necesaria por medio de oleadas infinitas de dólares”.

Esta estrategia de compra de ETFs de deuda corporativa, se inscribe en la vieja receta de siempre: “cuando una burbuja de deuda y crédito explote, inflemos otra inyectando más liquidez, deuda y crédito, aunque la burbuja que explotará después sea todavía más grande”.

En los hechos, que la Fed esté rescatando a empresas comprando su deuda corporativa a través de ETFs, encierra un gran riesgo moral, pues las empresas ahora saben que pueden ser menos responsables en sus emisiones crediticias, pues cada vez que se enfrenten a situaciones inesperadas como un gran desplome económico – en este caso a consecuencia de la pandemia de Covid-19 y el confinamiento-, serán salvadas.

El problema pues, no es la emisión de deuda per se. Estamos hablando de un mercado de decenas de millones de millones de dólares (trillions, en inglés) que debería ser como cualquier otro, en el que las malas o irresponsables empresas que quiebran desaparecen, los acreedores toman los activos que deja la compañía, y las compañías exitosas triunfan.

El tema es que el “salvamento” de la Fed no es otra cosa que una artera manipulación de los mercados, de los que toma “dinero bueno” para ayudar a empresas sobreendeudadas que, si no pueden sostenerse por sí mismas, deberían desaparecer.

Desde luego, el sofisma es que si no se salvara a esas compañías se desencadenaría una serie de quiebras que agravaría la situación de emergencia económica al punto de una nueva Gran Depresión.

Pero esa nueva depresión va a llegar de cualquier manera, es más, ¡ya está aquí!




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