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Elecciones (en Grecia), más

Santiago Niño Becerra - Viernes, 23 de Enero

No sé si es totalmente consciente de que en un país considerado desarrollado, miembro de la UE y de la OTAN y partícipe del euro se están utilizando conceptos típicos de un país subdesarrollado. De ‘ayuda humanitaria’ y de ‘imposibilidad de afrontar el pago de la deuda’ se hablaba en los 80 y 90 al referirse a Latinoamérica y a África.

No sé si es totalmente consciente de que en un país considerado desarrollado, miembro de la UE y de la OTAN y partícipe del euro se están utilizando conceptos típicos de un país subdesarrollado. De ‘ayuda humanitaria’ y de ‘imposibilidad de afrontar el pago de la deuda’ se hablaba en los 80 y 90 al referirse a Latinoamérica y a África.

En seis años Grecia ha perdido el 25% de su PIB, ha sido rescatada dos veces por el mundo financiero internacional, el Estado en su conjunto debe 320 mM€ (más lo que sebe a nivel privado),  la economía sumergida alcanza el 25% del PIB (el fraude fiscal ni se sabe), tiene una tasa de desempleo del 26%, y el 27% de su población es pobre. Insisto: esto sucede en un país considerado desarrollado, miembro de la UE y de la OTAN y partícipe del euro.

Los libros de Historia explicarán cómo Grecia ha llegado a esta situación, aunque puede adelantarse que es porque durante unos años el resto del mundo le prestó sin preguntar y sin verificar si eran ciertos los números que presentaba; la razón es simple: en los 80 se aprendió en Latinoamérica que la deuda es un negocio, mejor dicho: los intereses que la deuda genera. Ahora, de cara a las elecciones del 25 de Enero un grupo político dice que esa situación no puede continuar así. Y su propuesta en relación a la deuda es curiosa: una quita del 50%.

Es curiosa: ¿puede pagar Grecia 160 mM€ así como los intereses que va esa deuda va a generar aunque se alargue el plazo?. Pienso que no, y pienso que la pregunta, extrapolable a otras economías, por ejemplo a la española, es: ¿cuánto puede pagar Grecia?. Más aún: no solo, sigo pensando, debería meterse a la deuda pública en la ecuación, sino también a la privada, es decir, a toda la deuda. Y no, no estoy hablando de ‘poner el contador a cero’ sino de llagar a cifras tras analizar y ver capacidades y posibilidades de crecimiento verdadero, porque la economía griega es lo que es y da para lo que da.

Son muy curiosas las afirmaciones del tipo de que una quita llevaría a Grecia a la quiebra. No; ¡qué va!: Grecia ya está quebrada, lo que sucede es que sus acreedores se lo toleran y permiten a fin de que siga pagando intereses y a fin de que no se lie una gorda en el resto de los PIIGS con posible contagio en otras economías mundiales. ¿Se imaginan que Grecia dijese: ‘Acreedores, tomen nota: no voy a pagar’?.

Los 80. Otra de las cosas que los acreedores internacionales aprendieron en los 80 es que hay líneas rojas que no deben ser traspasadas, como las Revueltas del Pan en el Túnez de 1984, ni pueden repetirse episodios como el fin que tuvo la presidencia de Alan García en Perú en 1990. Hoy las cosas tienen que hacerse de otra manera, una manera delimitada por el pacto y la buena educación.

Pienso: es mi opinión, que con Grecia estamos viviendo otro experimento: el de la quita a un país considerado desarrollado, miembro de la UE y de la OTAN y partícipe del euro. Gane o no gane Syriza las elecciones del 25 de Enero, pienso que se va a poner en marcha, sí o sí un proceso de ‘reestructuración’ de la deuda griega por una razón simple: porque no puede pagar lo que debe. En la calle, sigo pensando, la ciudadanía se va a poner muy contenta, pero la economía griega da para lo que da y los efectos sobre la inmensa mayoría de esa ciudadanía van a ser muy limitados; es decir, aquel estándar de vida que las griegas y los griegos tenían en el 2006 se ha ido para no volver jamás porque las condiciones que lo posibilitaron no van a repetirse, por lo que la Nueva Normalidad griega va a ser muy limitada.

Evidentemente que el resto de los PIIGS, cada uno a su nivel, deben tomar nota (si es que no lo han hecho ya).

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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