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Emigración

Santiago Niño Becerra - Martes, 24 de Mayo

Hace unos días recibí un mail:

“Le escribo desde Lituania. Le leo diariamente en La Carta de la Bolsa.

Me ha llamado la atención su comentario de 2015.11.30 (http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/los_trece_problemas_de_la_economia_espanola_y_algunos_posibles_paliativos_2)  sobre la industria del automóvil en España. Curioso que no haya ningún proyecto como los hay y ha habido en países como Italia, Suecia, Holanda, etc., para fabricar coches de gama muy alta y series muy cortas. Ingenieros parece haber, experiencia industrial y de fabricación también,…

 No sé, yo me fui del país con 24-25 años y ha sido no volver la vista atrás. Desde el inicio de la crisis se han venido confirmando todos mis “augurios”. El país está muerto. Y además es un país en el que muchos se matan a ahorrar para salir dos semanitas al Este de Europa a correrse un par de juergas para desahogarse, pero en el que todavía se piensa que la emigración, incluso la bien planeada, es algo “malo” y que conlleva un sinfín de sufrimientos y carencias (es que como la tortilla de patatas de mama en casita, nada…)”

Mi respuesta fue:

“De una u otra manera lo que le sucede a España le sucede a todos los países: EL PAIS, como conjunto, no tiene futuro porque ahora el acento se ha de poner en los clusters. Eso es válido para los países grandes, pero para los pequeños también: en Dinamarca y en Holanda hay zonas marginales.

Para hacer lo que Ud. dice: un proyecto para un coche Premium hay que tener tradición artesanal de calidad. España la tuvo: Hispano Suiza, Pegaso, pero se ha perdido, y hoy sólo tiene sentido un modelo Premium vinculado a una gran marca”.

A lo que me respondió:

“Totalmente de acuerdo. Viví en Suecia durante 10 años y el proceso de marginalización de una proporción notable de la población se me hizo muy evidente. La renta básica que propone es un hecho ocultado tras varios “programas”.

Ahí no estoy de acuerdo. Quizás me exprese mal y debí usar la expresión “super car”. El Koenigsegg sueco no tiene aparentemente una gran marca detrás. El Spyker holandés tampoco.

Ahora mismo estoy trabajando en la parte de propiedad intelectual e inversión de un proyecto de biotecnología relacionado con la paliación del cáncer. He presentado el proyecto a inversores suecos y españoles y las respuestas (las esperadas, por otra parte) demuestran a las claras lo que los unos y los otros tienen en la cabeza a la hora de valorar proyectos e inversiones. De ahí que piense que en Suecia y en Holanda siempre se fabricaran “super cars” o se investigara y en España la cosa no está nada clara”.

Y a lo que le dije:

“Ya, pero esos escultores del automóvil beben en una tradición industrial, lo que no sucede en España. Si la Guerra Civil no se hubiese producido tal vez para el Pegaso hubiese habido una oportunidad. Además, que casualidad, tanto Suecia como Holanda son países pequeños. Es decir, es un tema de mentalidad, y eso viene de atrás.

Y por ello la mayoría de los supercerebros se van de España”.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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