La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

“En el Reino de España los políticos, a lo suyo, y nosotros a lo nuestro, que es lo mismo ¿no?...”

Moisés Romero - Miercoles, 27 de Julio

Apartados del mundanal ruido y refugiados de la ola de calor, esa bocanada de fuego de la que nos quejamos todos los veranos de manera rutilante al dicho de ¡qué calor hace este año! sin acordarnos del calor de antaño, hablo con uno de mis gurús favoritos  afectados, muy afectados, como estamos por el embrollo político, del que, de nuevo, sólo emanan insultos, lenguas de fuego, como el infierno atmosférico. "El Reino de España sigue fuerte en lo económico (ESPAÑA crece fuerte). El dinero, que se mostró activo tras el Brexit y aún más tras las elecciones del 26-J, se ha retirado a sus cuarteles de verano ¿Lógico, no? ¿Quién va a meter un euro en lo que sea si la inseguridad jurídica es total. Inseguridad en la Investidura, que llega o no puede llegar ¿terceras elecciones?, inseguridad legislativa, en las Leyes del Estado (hoy quito yo las que aprobaste tú) y en las Leyes Municipales (nuevos, proyectos, nuevas viviendas, nuevos negocios). En el Reino de España sólo queda la inercia de una mejora importante de los mimbres económicos conseguidos en los últimos años, por muchas piedras que los partidos opositores (que ahora siguen negando la mayor) hayan puesto y sigan poniendo las ruedas del carro económico. En el Reino de España, en un movimiento de arriba a abajo, hemos vuelto a los más deplorable en términos de conciencia democrática y solidaria: tú a lo tuyo, yo a lo mío y el que venga detrás que arree. Sí, ellos los políticos, a lo suyo, y nosotros a lo nuestro, que es lo mismo ¿no?", me cuenta consternado a la vez que me envía el siguiente enlace

EL BLOC DE JOAN

"Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo. No estoy en este mundo para llenar tus expectativas. Ni tú estás en el mundo para llenar las mías. Tú eres tú y yo soy yo. Si causalmente nos encontramos será hermoso. Si no, no importa"  Fritz Perls

 

Se te acaba el día y has hecho veinte mil cosas, llega la noche y muy probablemente estés muy orgulloso porque has pensado en todo y en todos. Y que bien se siente haber cumplido con los demás, ¿verdad?, al menos el otro estará contento y dormirá tranquilo, y ¿tú?, ¿quién piensa en ti?.

 

Observo tantos rostros cansados y perdidos de sí mismos, rogando migajas de amor y ya no saben qué hacer para agradar a su pareja, a su jefe, a su familia, en fin, al mundo entero.

 

Tristemente la mayoría de las veces aprendemos a los golpes, pero es necesario en algunos casos ¿perder la dignidad?.

 

Estamos invadidos de tantos mensajes aprendidos en la niñez entre: lo que debo ser, lo que tengo que organizar, a lo que debo llegar; y que llegado un determinado momento por ir cumpliendo uno por uno esos mensajes, lo que vamos logrando es perder nuestra propia energía, despersonalizándonos por el camino y perdiéndonos de nosotros mismos.Luego sucede que nos exigimos cada vez más y así vamos tirando otro poquito, y de pronto paras y dices: “Ya no puedo más…” y bajas los brazos, ya no tienes energía, llegas en un estado de crisis, porque honestamente ¡ya no puedes!, y lo que ha sucedido es que te has responsabilizado de todos, menos de ti.

 

Hay hombres y mujeres muy enojados, muy irritables precisamente porque se perdieron a si mismos y esto es sumamente doloroso, y el alma lo sabe. Mi invitación en este artículo es bien concreto, es invitarte a que vuelvas a ti. 

Que por unos momentos no escuches al otro, te escuches a ti, que por unos instantes ya no observes qué necesita el otro, sino qué necesitas tú.

(Y sigue)

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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