Españoles e italianos, los que más emails de trabajo envían en vacaciones

Redacción - Lunes, 29 de Agosto

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Además de utilizar el teléfono para hacer las típicas fotos veraniegas o hablar por teléfono, el dispositivo móvil también se convierte en una oficina portátil. Y es que a los españoles nos cuesta desconectar en las vacaciones de verano, ya que, el 19 por ciento reconoce que envía o responde correos de trabajo desde la playa o piscina.

Este dato es relevante, ya que somos los segundos en Europa, por detrás de los italianos --24 por ciento--, en llevar esta práctica a cabo, muy por delante de alemanes con un 12 por ciento o franceses con un 10 por ciento, según ha revelado un estudio de lastminute.com, que analiza los comportamientos más habituales de los europeos en la playa y la piscina en verano.

Atrás quedó un tiempo en que los accesorios imprescindibles para pasar un día de playa eran revistas del corazón, novelas románticas o crucigramas. Ahora, el elemento que no puede faltar en la bolsa de playa de los españoles es el smartphone y su correspondiente cargador, ya que, los hay solares.

Los españoles necesitan estar conectados, ya sea para hacerse un selfie con el mar de fondo, cazar un Pokémon de agua o para enviar un correo electrónico de trabajo. Más de la mitad --el 55 por ciento-- no pisan la playa o la piscina sin su móvil y éste ocupa el tercer puesto en su lista de imprescindibles, por detrás de la toalla y la crema solar --con un 69 y 68 por ciento respectivamente--.

Otros aparatos como el reproductor de música o el ebook también forman parte de los gadgets que los españoles necesitan entre chapuzón y chapuzón. Eso sí, siempre de uso privado, ya que, sólo el 2 por ciento añade altavoces a su lista de imprescindibles.

Sin embargo, esta necesidad de estar conectados permanentemente con el mundo es sólo virtual. El estudio revela también que las vacaciones perfectas con las que sueñan los españoles consistirían en alejarse físicamente de todo y de todos, ya que un 57 por ciento desearía huir a una isla lejana y desierta, y sólo un 8 por ciento de los españoles elegiría una playa con mucha gente y actividad.

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