Europa puede convertirse en un foco de riesgo para la estabilidad financiera por la falta de integración financiera

José Luis Martínez Campuzano - Sabado, 23 de Febrero

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Se considera que un mercado de productos y servicios está totalmente integrado si todos los participantes con el mismo perfil se enfrentan a las mismas reglas, tienen la misma posibilidad de acceso al mercado y son tratados de forma similar. La descripción anterior es aplicable a la integración financiera. La integración financiera europea se considera sinónimo de eficiencia y de estabilidad, además de ser un paso clave en la creación del mercado único fundamental para considerar viable a medio y largo plazo el proyecto de moneda única. Frente a un objetivo tan explícito, la realidad no lo ha sido tanto. El Banco Central Europeo ha elaborado un indicador cuyo análisis ofrece la evolución de la integración financiera europea. Pero su comportamiento de los últimos años refleja una mayor integración en precios frente a volumen y profundidad del mercado. Esto es debido en buena parte a la aplicación de medidas monetarias expansivas extremas aplicadas durante la crisis.

Completar la Unión bancaria es un paso importante en la integración financiera europea. La unión bancaria posibilitará una gestión más eficiente del riesgo, matizando de esta forma la relación entre el riesgo soberano y el bancario tan cuestionada en la crisis. Recordemos que los cambios regulatorios llevados a cabo en los últimos años han perseguido tanto reforzar la estabilidad financiera como la protección del consumidor. Sin pasar de largo en el primer caso tanto la supervisión única como un mecanismo común de resolución de crisis.

Los bancos europeos han realizado un fuerte esfuerzo en estos últimos años en términos de solvencia, liquidez y deuda. Y todo ello bajo cambios exigentes en regulación y supervisión. La cuestión clave es hasta qué punto la falta de integración financiera. Europa puede convertirse en un foco de potencial riesgo para la estabilidad financiera. Y dentro de ella poniendo en riesgo la propia estabilidad bancaria.

Es por ello que las autoridades europeas deben tomar pasos decididos para finalizar la Unión Bancaria, en la financiación del Fondo de Resolución y también con la creación de un seguro común de depósitos (EDIS). También deben aumentar el control y la supervisión del sector financiero no bancos. Y complementar todo esto con la necesaria normalización monetaria, especialmente por lo que respecta a las medidas con mayor potencial distorsionador en el funcionamiento de los mercados financieros.

Mientras todo esto llega los bancos europeos deben reforzar su objetivo último de ofrecer la información necesaria en las mejores condiciones financieras posibles. Y esto pasa de forma clara por seguir con los ajustes de la morosidad acumulada en la crisis.

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