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Gestión Activa del Pasivo: Pros y Contras de un “Trending Topic” para las Empresas

Redacción - Jueves, 11 de Febrero

 CRIF Rating Agency (CRIF) señala que la gestión del pasivo, en forma de recompra de bonos, permutas de deuda y cambios en los términos y condiciones de los bonos, continúan despertando el interés de las empresas en Europa. Compañías como Telecom Italia (‘BB’/Stable por CRIF) o Snam (sin calificar) han estado muy activas en este sentido en los últimos meses. La política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE) ha respaldado, en gran medida, la restructuración del pasivo financiero de las empresas.

Los bajos tipos de interés actuales son la principal razón que está llevando a las empresas a una gestión activa de su pasivo financiero. El mecanismo es simple: las compañías emiten deuda nueva a unos tipos menores para recomprar la deuda existente con tipos de interés más altos. CRIF opina que dicha estrategia es positiva a corto plazo ya que reduce el pago por intereses. No obstante, a largo plazo observamos un riesgo inflacionario en dicha actividad dado que los emisores se ven obligados a amortizar deuda sobre la par con el fin de poder convencer a los inversores de deshacer sus posiciones en un escenario de bajos tipos de interés. Como ejemplo, una compañía puede tener que emitir EUR110 con tal de poder recomprar EUR100 a la par. El escenario actual el ahorro de intereses compensa el efecto inflacionario pero, por otro lado, dicho ejercicio está incrementando el endeudamiento de las empresas y puede tener un impacto negativo en los ratings en el momento de la refinanciación de la deuda.

El segundo efecto más evidente del actual nivel de liquidez de los mercados, es la fuerza que tienen los emisores para renegociar los términos y condiciones de la documentación de los bonos. La revisión más habitual suele incluir la relajación, o incluso la eliminación, de los “covenants”financieros, lo cual debilita la posición de los bonistas en comparación a la estructura de garantías anterior. Empresas con exposición a sectores o a mercados volátiles, pueden aprovechar la tesitura actual pero cuando los tipos de interés se normalicen, es posible que las condiciones de refinanciación se tornen más duras en términos de precio y garantías. 

CRIF reconoce que la gestión del pasivo puede ser positiva para aquellas compañías con una generación de caja fuerte y recurrente. Para aquellos emisores que han ido acumulando caja, recomprar sus bonos es una estrategia eficiente dadas las alternativas limitadas de inversión existentes en el mercado. 

Desde un punto de vista crediticio, una gestión activa del pasivo puede ser positiva si obedece a la necesidad de simplificar la estructura de deuda de un grupo como consecuencia, por ejemplo, de una adquisición. El hecho de tener varios bonos cotizando con emisores distintos y quizás con perfiles de crédito diferentes bajo el mismo paraguas del grupo, puede crear confusiones entre los inversores. En estas circunstancias, los tesoreros de dichos grupos pueden optar por emitir nueva deuda y repagar los bonos para poder simplificar y evitar la subordinación en la estructura de la deuda.

En un entorno económico cambiante tras un periodo de crisis prolongado o quizás por un cambio significativo en el entorno regulatorio es habitual, para aquellas empresas más eficientes, repasar sus perfiles de negocio y financieros para adaptarlos a la nueva realidad del mercado vía la venta de activos o líneas de negocio. En dicho caso o en el caso de una bajada de rating, las compañías son más proclives a gestionar activamente sus pasivos financieros y equilibrar su estructura de capital.   




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