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Grecia: penúltimo acto

Santiago Niño Becerra - Jueves, 02 de Julio

Hemos hablado ya tantas veces de Grecia que el tema parece caducado. Volvamos.

A Grecia puede amenazársele con la condenación eterna, pero lo único cierto es que no puede pagar lo que debe, casi nada; y tampoco puede pagar todos los intereses que esa deuda genera; y no, no es porque no crezca, sino porque su economía –agricultura, navieras, turismo– no es capaz de generar lo que sería suficiente para pagar su deuda, ni a nivel público ni privado; y porque la economía sumergida y el fraude fiscal es epidémico, pero porque el valor añadido que genera es tan reducido que muchísimas de las subactividades que conforman su economía no serían posibles en la economía blanca.

Resumiendo:

1 – Grecia no puede pagar casi nada.

2 – Su deuda está totalmente desconectada de la capacidad de generación de PIB de su economía.

Ya: ¿por qué se le concedió una capacidad de endeudamiento tan monstruosa y desconectada de su realidad? Pues para hacer negocio con ella: pasó lo mismo que con tantas familias españolas a quienes se les dio crédito para el piso, el Cayenne, el viaje e las Maldivas y el plasma de 70 in., sólo que en Grecia a nivel de país.

Y, ¿por qué pasó eso? Pues porque a Grecia se la metió en el euro como se la metió cuando no debió haber entrado de la manera que entró porque su economía se hallaba a años luz de la de Austria, por ejemplo, lo que supuso que el riesgo-país de Grecia se igualase al de Austria; y, ¿para qué? pues para hacer negocio con ella: si el riesgo-país de Grecia era igual que el de Austria, era tan confiable meter dinero en Grecia como en Austria. Y luego … bueno, ya se vería: como los bancos no pueden quebrar …

Además está toda esa cadena de falsificaciones desde finales de los 90 con datos amañados con los que consiguió engañar a todo el mundo porque los estadísticos griegos son listísimos y los del resto del mundo subnormales; datos amañados con los que Grecia consiguió transmitir una imagen de confianza.

El problema de Grecia es que detrás de su economía no hay casi nada; pero nada de nada, por lo que, o bien a Grecia se la arroja a las tinieblas exteriores y se la aísla del resto del mundo como si fuese una apestada impidiendo que se produzca un éxodo masivo de ciudadanos griegos miserizados que tratarán de emigrar a la ‘Europa rica’, o se aborda de una puta vez EL problema: que Grecia no puede pagar y que es capaz de generar el PIB que es capaz de generar.

Lo que pasa es que asumir eso tiene un problema: cuando la deuda griega la tenían bancos, el problema ‘era’ de los bancos; ahora que la tienen los Estados, el problema es de las ciudadanías. Sería interesante ver como el Sr. Presidente del Gobierno del reino de España explica al pueblo español por la tele y en prime time que la ‘reestructuración’ –la quita del 90%, por ejemplo– de la deuda griega le va a costar 30 mM€ a ese pueblo español.

Y en el fondo, fondo pasa otra cosa: que en los países democráticos a los Gobiernos los eligen las ciudadanías cada cuatro años, pero mandar lo que se dice mandar, mandan Los Mercados que son los que votan cada día.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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