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La caballería viene en camino con financiación, liquidez y estímulos fiscales

Ronald Temple, Lazard Asset Management - Sabado, 04 de Abril

Los bancos centrales han inyectado más liquidez en el sistema, siendo la Fed la más agresiva. Con tipos negativos o cercanos a cero en la mayoría de los países del G10, las compras de activos a gran escala y las facilidades de financiación son las principales herramientas disponibles de los banqueros centrales. Creemos que los bancos centrales han sido extremadamente eficientes para facilitar liquidez y financiación en el universo de grado de inversión. Hasta ahora vemos poco efecto fuera del investment grade, pero sospechamos que llegará. La caballería viene en camino con financiación, liquidez y estímulos fiscales. Aunque la ejecución del estímulo fiscal conlleva ciertos desafíos en lo que respecta a las pequeñas empresas. La pieza que falta para cuadrar el puzzle, es una noticia positiva con respecto a los tratamientos del COVID-19, pero esperamos que mejore en abril. 

Creemos que la crisis de COVID-19 persistirá más de lo que muchos inversores sospechan y que el daño económico será más profundo y potencialmente más duradero. Por ello, creemos que el mejor enfoque es concentrar el capital en empresas con balances y perfiles de financiación más sólidos y con capacidad de mantener los rendimientos de capital mejor que sus competidores.

El impacto económico será extremadamente violento, ya que combina un choque de demanda y un choque de oferta. Sin embargo, parece positivo que esto esté pasando en una economía mundial que se está acelerando y, por lo tanto, más capaz de resistir al choque que, por ejemplo, hace 9 meses.

Considerando la magnitud del choque y su dimensión temporal -a priori-, la clave está en las medidas tomadas por los gobiernos para apoyar la actividad y, sobre todo, la viabilidad de los actores económicos. A diferencia de la crisis de 2009, los gobiernos actualmente muestran una gran capacidad de respuesta, con medidas que se implementan incluso antes de que comience el impacto negativo en la economía. El desafío será doble: apoyar a las empresas y los hogares durante la crisis, asegurando la recuperación más rápida y fuerte posible de la economía.

Para los bancos centrales, se trata de garantizar la liquidez de los mercados financieros y evitar que los flujos de financiación a las empresas no se agoten, asegurando así la liquidez de los bancos. Para los gobiernos, el primer paso será compensar la pérdida de ingresos de los hogares y las empresas; y garantizar préstamos a las empresas. En el muy corto plazo, la prioridad es evitar quiebras, por medio de la extensión de plazos o préstamos puente. La capacidad de hacerlo para todas las empresas afectadas y, en muy poco tiempo, sigue siendo incierta.




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