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La economía mundial se mantiene a la deriva en aguas turbulentas

Carlos Montero - Miercoles, 07 de Octubre

La economía mundial está siendo acosada por una peligrosa combinación de patrones divergentes de crecimiento, una demanda deficiente, y los riesgos de deflación. La última actualización de los índices para la recuperación económica mundial revela divergencias agudas en las perspectivas de crecimiento entre las economías avanzadas y los mercados emergentes, y también dentro de estos grupos.

Las perspectivas de crecimiento para las economías avanzadas han mejorado, pero esto es en gran parte debido a al buen crecimiento en los EE.UU. y el Reino Unido. La zona euro sigue sumida en un bajo crecimiento y la economía de Japón parece haberse estancado de nuevo. "Los países exportadores de materias primas, tanto avanzadas como emergentes, se han visto afectados por una aguda desaceleración del crecimiento", dicen en un artículo en FT el profesor de la Dyson School Eswar Prasad y el analista de Brookings, Karim Foda.

"La economía de Estados Unidos sigue fortaleciendo, con la demanda interna cogiendo impulso, como se refleja en el aumento de las ventas minoristas y la inversión. A pesar del sólido crecimiento del empleo y una tasa de desempleo a la baja, las presiones salariales siguen sin hacer acto de presencia. La inflación se ha mantenido baja, gracias a un dólar fuerte y unos débiles precios de la energía, y el índice IPC ha coqueteado con la deflación. El crecimiento del crédito sigue siendo robusto, pero los mercados estadounidenses de renta variable, la producción industrial y las exportaciones se han visto frenados por la debilidad económica en el resto del mundo. La posibilidad de que la Reserva Federal comience su ciclo alcista tasas en diciembre resalta cómo de asíncrona es la recuperación de Estados Unidos en relación al ciclo económico en la mayoría de las otras economías avanzadas.

La zona del euro y Japón se enfrentan a una difícil combinación de débil crecimiento, unos precios cercanos a la deflación, y la ausencia de reformas fundamentales necesarias para reactivar la demanda interna. Cualquier crecimiento en la zona euro se considera una victoria y la eurozona ha mantenido esas expectativas, creciendo a menos del medio por ciento en el segundo trimestre. La economía japonesa se contrajo en el segundo trimestre. A pesar de las políticas monetarias muy expansivas, la inflación en ambas economías es escasamente positiva.

Las economías de los mercados emergentes, que se habían convertido en los principales motores del crecimiento mundial tras la crisis financiera, ahora están liderando la economía mundial hacia una depresión. El crecimiento ha caído, los negocios y la confianza del consumidor se están erosionando, y los mercados financieros han sufrido un duro golpe en estas economías.

La mayoría de los indicadores económicos apuntan a una pérdida de impulso del crecimiento en China, con indicadores como el consumo de electricidad y los volúmenes de carga que apuntan a una desaceleración de la manufactura aún mayor. Mientras que los políticos todavía tienen algo de espacio para impulsar el crecimiento más cerca del objetivo del 7 por ciento, la incapacidad de las medidas de política monetaria para impulsar el crecimiento ha elevado los riesgos para el sistema financiero y sacudido la confianza en la capacidad de reconducir la gestión económica. Estas preocupaciones han sido exacerbadas por los errores recientes en la gestión de la volatilidad del mercado de valores y del tipo de cambio.

Entre los principales mercados emergentes, sólo la India sigue manteniendo un fuerte crecimiento del PIB, aunque la producción industrial y otros indicadores de la actividad económica sugieren que la economía está en una posición menos robusta.

Las presiones deflacionarias siguen siendo una característica de muchos mercados emergentes. En China, la inflación del IPC está alrededor del 2 por ciento, pero la deflación del PPI se ha intensificado a casi el 6 por ciento. En la India, la inflación del IPC ha caído por debajo del 4 por ciento, una fuerte caída desde alrededor del 10 por ciento de hace apenas un par de años, mientras que la inflación IPM ha caído a negativa.

Hay un conjunto diferente de mercados emergentes que experimentan un complejo conjunto de problemas: estancamiento del crecimiento, alta inflación, y caída de las monedas. La economía de Brasil está en contracción, la inflación está cercana al 10 por ciento, y el valor del real brasileño ha caído más de un 30 por ciento frente al dólar este año. Países como Rusia, Sudáfrica y Turquía han sufrido fuertes golpes en el crecimiento y en sus divisas, a menudo en combinación con una alta inflación.

La política monetaria sigue siendo la herramienta principal en la mayoría de los países, con el dinero barato y las monedas débiles convirtiéndose en las principales señas de identidad de las políticas anticíclicas ostensiblemente agresivas. Sin embargo, la impotencia de la política monetaria para impulsar el crecimiento se ha vuelto dolorosamente evidente, sobre todo cuando se está actuando de manera aislada y cuando un gran número de países están recurriendo a la misma jugada.

Las recetas políticas para la mayoría de las economías siguen siendo las mismas que en los últimos años, un conjunto más equilibrado de políticas macroeconómicas, acompañado por muy importantes reformas estructurales. Pero parece que los líderes políticos han aprendido pocas lecciones y siguen dependiendo en gran medida de la muleta conveniente pero tambaleante de la política monetaria."


Fuentes: Eswar Prasad y Karim Foda, FT




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