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La fortuna de regiones de Brasil suben y bajan de la mano de Vale

Redacción - Martes, 20 de Diciembre

uando el gigante minero Vale S.A. cerró una mina de hierro hace unos meses, este pueblo obrero se convirtió en un caso de estudio sobre una región cuya industria tradicional empieza a desaparecer.

Durante siglos, la minería ha sido la sangre que corre por las venas de Minas Gerais, un estado del sureste brasileño que alberga pueblos coloniales llenos de iglesias barrocas y mansiones ornamentadas que se construyeron gracias a las riquezas minerales. Minas Gerais sigue siendo uno de los estados más prósperos de Brasil, gracias en gran parte a los empleos y a los ingresos generados por compañías como Vale.

El deterioro, sin embargo, ha comenzado y muchos piensan que Minas Gerais podría un día parecerse a los lugares cuya prosperidad dependía de una industria que se marchó y se ha ido a menos como la región carbonífera de Estados Unidos en los Montes Apalaches.

 

Mientras tanto, a unos 1.600 kilómetros hacia el norte, en las Sierras de Carajá, una cadena montañosa en la selva amazónica, Vale da los toques finales a un complejo minero de US$14.000 millones conocido como S11D. Se espera que genere anualmente hasta 90 millones de toneladas de hierro de la mayor calidad y más bajo costo del mundo. Se estima que para 2018, la mitad de la producción de Vale provendrá de Carajás, frente a 39% que procedió de sus minas en la región el año pasado.

Benjamin Parkin y Paul Kiernan/The Wall Street Journal




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