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“La Nueva Europa nació vieja, pero es irreversible. Hay que atajar la deuda para que no muera…”

Moisés Romero - Martes, 28 de Febrero

"El peligro no está en los populismos ni en el presidente USA, Trump, ni en los mariachis del Apocalipsis. La Europa Nueva, la Eurozona, nació vieja, porque el entonces núcleo duro peinaba demasiadas canas de senectud. Recuerden que Italia llegó a ser gran potencia mundial, lo mismo que Francia. Alemania, tras la unión (por absorción) de las dos alemanias, tardó en convertirse en lo que es ahora y el resto de los países apenas pintábamos algo. La Nueva Europa ha sobrevivido al gallinero (demasiadas voces) de sus políticos y, lo que es peor, ha logrado conjurar los efectos letales de una burocracia endémica. La Nueva Europa, una Europa Vieja y presa de sus fantasmas y miedos, es irreversible. Será mejor o peor, con más o menos miembros; con más o menos heridas y laceraciones. No hay marcha atrás. No habrá voladura. Hay muchos focos y otros tantos desagües, que conviene apagar y tapar. El más peligroso está en el ingente volumen de deuda total, aunque haya distinciones, medallas de oro al cumplimiento de sus obligaciones, que es el caso aleman. La deuda creciente nos puede asfixiar.¿Populismo desbocado? Hay que combatirlo en las urnas. Ya han sido neutralizados algunos intentos ¡Luchemos contra la deuda! El Estado de Bienestar es irrecuperable, por mucho que prometan unos y otros. Salvo que haya confiscaciones de bienes y ahorros", me dice el CEO de una importante gestora de fondos.

Y la bola de nieve sigue rodando en el mundo, no sólo en Europa. La deuda soberana mundial se incrementará en 993.000 millones de dólares (937.974 millones de euros) en 2017, hasta alcanzar un total de 44,307 billones de dólares (41,852 billones de euros), lo que supondrá un nuevo récord histórico, según las previsiones de la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P). Según los cálculos de S&P, en 2017 se emitirá deuda soberana a largo plazo por importe de 6,767 billones de dólares (6,391 billones de euros), un 4% menos que el año anterior, aunque el saldo global de deuda se incrementará un 2,3%, hasta 44,307 billones de dólares (41,845 billones de euros).

De este modo, S&P señala que en 2017, Estados Unidos y Japón serán de nuevo los mayores emisores de deuda --muy por delante de China, Italia y Francia-- con 2,245 y 1,812 billones de dólares (2,120 y 1,711 billones de euros) respectivamente, lo que representa el 60% de las emisiones totales de deuda soberana.

Escribe Marc Fortuño que tras alcanzar un máximo en 2014,  la relación de la deuda pública frente al PIB ha disminuido desde el 90,7% en 2015  y se prevé que, con los actuales ritmos de desapalancamiento público, alcanzaremos el 85,7% a finales de 2019.

La reducción de la deuda se apoya principalmente por el diferencial de los tipos de interés existente gracias a la manipulación que está ejerciendo el BCE y el crecimiento favorable a la luz  de las mejores condiciones cíclicas y bajas tipos de interés. Existen pequeños superávits primarios que también tienen un impacto favorable en la trayectoria de la deuda proyectada.

Poco a poco las expectativas van mejorando…  Más de la mitad de los países de la zona euro, se prevé que superarán el 60% de deuda sobre PIB a finales de el horizonte de la proyección en 2019. Por otra parte, en varios países, se espera que el ratio de deuda pública seguirá aumentando en este horizonte de proyección.

Se necesitan más esfuerzos de saneamiento, especialmente en los países con elevadas ratios de deuda sobre PIB como es el caso de Italia, Grecia, Portugal y España. Los países con elevada deuda necesitan establecer sus ratios de deuda pública en una trayectoria descendente, ya que son particularmente vulnerables a una inestabilidad en el mercado de deuda o bien el alza de los tipos de interés que de no afrontarse podrían suponer un nuevo escenario de tensión en Europa.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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