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La titulitis, que mata a España. Faltan trabajadores por todas partes y sobran ninis

Moisés Romero - Martes, 26 de Octubre

El inicio de la mal llamada España vaciada fue el olvido de los gobernantes a la agricultura, ganadería y otras labores del campo en zonas minifundistas. Sembrar para sobrevivir. Hace sesenta y tantos años, que son los que tengo, la mayoría de los padres se desgañitaban:! Huid del campo, estudiad, siempre estamos mirando al cielo y cada vez nos pagan menos por lo que recolectamos. Esto es una ruina! Mis padres, como los de su época, nunca tuvieron vacaciones y la mayoría murió sin conocer el mar. Las veinticuatro horas del día trabajando en el campo, la huerta o el corral. Llegó un momento, ahora lejano, de la irrupción de los internados de diversas organizaciones religiosas apoyados con becas del Estado o en contribuciones anuales de los más pudientes. Yo estuve internado cuatro años. Solo iba a ver a mis padres, en un coche alquilado, el único que había en un pueblo cercado y donde cabíamos 8 o 10 jovenzuelos, en Navidad, Semana Santa y verano. Días de frío y de sabañones. No había calefacción. Ni nada que elegir.

En un momento determinado, la chiquillería del mío y demás pueblos abarrotó el Seminario. El lema era estudiar y estudiar. No había trabajo ni expectativas en el campo. Pero muchos lloraban por las noches. No quería estudiar. Echaban de menos a sus padres, hermanos, a su pueblo.

Al mismo tiempo surgieron las Escuelas de Formación Profesional, pero el gentío las consideró de categoría inferior. Y ahí residió el gran fallo que nos lleva a esta España, con un porcentaje muy alto de desempleo, que nadie se cree. La realidad, no obstante, refleja, que faltan albañiles, camioneros, camareros, fontaneros y gente sin título universitario. Es la titulitis la que mata a España.

Transcurrido el tiempo comenzaron a surgir universidades públicas y privadas por todas partes y ya nadie supo de las Escuelas de Formación Profesional. Leemos que hay químicos, ingenieros superiores, físicos y demás licenciados (del periodismo, mejor no hablar), que trabajaban en bares y cafeterías. Llegó la pandemia y el mundo oscureció. Ha vuelto a amanecer y los titulados universitarios quieren trabajar en lo que han estudiado mal o bien, pero estudiado

¿Cuál es la foto actual? Los últimos datos registrados relativos a 2020 señalan que dentro del grupo de edad de 25 a 29 años, más de la mitad de la población ha alcanzado el nivel de Educación Superior, en concreto lo ha hecho el 50,2%, 1,7 puntos más que en 2019. Respecto a 2010, la subida es de 11,9 puntos. Dentro de este porcentaje, el 15,6% son titulados de Educación Superior no universitaria y el 34,6% universitaria o equivalente.

En cuanto a los jóvenes de entre 15 y 29 años que no estudian ni trabajan, el porcentaje ha subido al 17,3%, 2,4 puntos más que el año anterior. Se rompe así la tendencia a la baja iniciada en 2013, cuando la tasa alcanzó su valor máximo (22,5%).

Este incremento está relacionado con la menor tasa de empleo en este tramo de edad, puesto que el porcentaje de la población que estudia o se forma sigue subiendo hasta llegar en 2020 al 57,3%, 0,7 puntos más que en 2019. Sin embargo, el porcentaje de jóvenes ocupados que no están formándose baja más de 3 puntos, del 28,5% en 2019 al 25,4% en 2020, en un contexto de caída generalizada del empleo como consecuencia de la pandemia de COVID-19.

Fácil conclusión. Demasiada titulitis, poca escasa Formación Profesional y vaguería, na de na, por donde quiera que vayas. Y si además te ayuda el Estado con unos euros, que trabaje Rita la Cantaora

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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