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Las mentiras de Podemos sobre las mentiras de Syriza

Juan Ramón Rallo - Jueves, 02 de Julio

Podemos ya ha reaccionado a la imposición de un corralito bancario por parte de sus hermanos griegos de Syriza. Evidentemente, que tu sosias político en la península helénica decrete controles de capitales apenas seis meses después de llegar al poder no constituye la mejor carta de presentación posible para un posible Gobierno futuro de Podemos en España. Por eso, no han tardado demasiado en emitir un comunicado reivindicando la actitud postureante de Tsipras y Varoufakis frente a la Troika.

El problema es que los tres pilares de sus críticas contra las instituciones comunitarias carecen de base:

  1. Según Podemos, el Ejecutivo de Syriza presentó una propuesta de ajuste presupuestario que era sensata y viable pero que, al basarse en “una subida de impuestos a las grandes fortunas griegas”, fue rechazada por la Troika, quien prefería un ajuste fiscal consistente en incrementar el IVA a los alimentos básicos y en bajar pensiones. Pero no: tanto la propuesta de la Troika como la de Syriza incluyen la creación de un impuesto sobre el lujo; tanto la propuesta de la Troika como la de Syriza fijaban un IVA del 13% a los alimentos básicos; tanto la reforma de la Troika como la de Syriza extendían la edad de jubilación a los 67 años. ¿Dónde están las pequeñas diferencias? La Troika exigía que los alimentos no básicos y los hoteles tributaran a un IVA del 23%, que desapareciera la reducción del IVA del 30% aplicable a las islas griegas, que se redujera el gasto en defensa en 400 millones de euros y que se congelaran las pensiones hasta 2021. Syriza, en cambio, se negaba a los ajustes anteriores y proponía, a cambio de ellos, incrementar las cotizaciones a la Seguridad Socialde todos los trabajadores (que ya se encuentran entre las más altas de Europa) e instaurar en 2015 un recargo extraordinario del 12% en las empresas con beneficios superiores a 500.000 euros. Los ultrarricos, ya sabe. Mas no queda demasiado claro cómo subiendo menos el IVA, recortando menos en Defensa y no congelando las pensiones puedes lograr el mismo ajuste por mucho que incrementes las ya altísimas cotizaciones a la Seguridad Social y, sólo en 2015, les metas un rejonazo monumental a las empresas medianas. En realidad, importa poco: Syriza no pretende cuadrar las cuentas sino seguir viviendo a costa del resto de europeos.
  2. Según Podemos, Syriza ha reaccionado ejemplarmente convocando un referéndum para darle la soberana palabra a la ciudadanía sobre su futuro, pero Europa está tratando de acallar la democracia helena asfixiando a su sistema financiero: En realidad, es al revés. Syriza no está defendiendo la soberanía del pueblo griego, sino que está intentando convertirlo en una colonia subvencionada de Alemania. Y, por el contrario, la totalidad de los gobiernos democráticamente electo de Europa (salvo Grecia) pretenden que, a medio plazo, el Gobierno heleno sea verdaderamente independiente y autosuficiente desde un punto de vista presupuestario y que no necesite recurrir a las transferencias y créditos blandos de la Troika. El propio Varoufakis lleva años reclamando una “Alemania hegemónica para Europa”. Lean: “Europa necesita una Alemania dispuesta a convertirse en hegemónica y Alemania también lo necesita (…) Una Alemania hegemónica encontraría vías para canalizar sus enormes volúmenes de ahorro ocioso en inversiones productivas para la periferia”. Lo que molesta a Tsipras y Varoufakis no es que Alemania quiera implicarse demasiado en la economía helena, sino que quiera implicarse demasiado poco, apenas garantizando la sostenibilidad a largo plazo de las cuentas públicas del país y su independencia financiera de la Troika. Ellos quieren una dependencia estructural: convertirse en un Länder alemán más a cambio de que les sustenten el chiringuito estatal.
  3. Según Podemos, Syriza no es la responsable de lo acontecido en Grecia y, en cambio, sí lo son Pasok y Nueva Democracia, las marcas helenas de PSOE y PP: Nueva Democracia (PP) es responsable por haber inflado el hiperEstado griego durante los años de burbuja crediticia y por haber manipulado las estadísticas oficiales. El Pasok (PSOE) es responsable por haber intentado mantener esa hipertrofia estatal cogiendo el dinero de la Troika prometiendo hacer unas reformas y ajustes que, en realidad, no hacía. Y Syriza (Podemos) es responsable de plantear un órdago a la Troika para que le permitan seguir con el desastroso modelo implantado por Nueva Democracia y el Pasok consistente en vivir subsidiados por el resto de Europa. Ni la casta ni la neocasta cuestionan los pilares básicos del consenso estatista griego y, por eso, todos ellos son responsables de haber abocado a la ruina al país. Syriza simplemente ha llevado al extremo los excesos irresponsables de sus predecesores para, amenazando con quebrar y suicidar económicamente al país, conseguir suficientes concesiones de los gobiernos europeos como permitirles conservar el Estado clientelar y burocratizado que construyeron Nueva Democracia y el Pasok y que los ha conducido a la miseria actual.

En suma, Grecia no reivindica su soberanía para defender a sus pensionistas y ciudadanos más humildes. En las últimas horas, de hecho, la Troika ha continuado ablandando su propuesta hasta volverla prácticamente irreconocible con la de Syriza. El referéndum no pretende dar voz al pueblo, sino convertirse en una estrategia negociadora para transformar a Grecia en un hipersubvencionado Land alemán. Es decir, Tsipras no defiende a pensionistas y ciudadanos humildes: Grecia instrumenta a pensionistas y ciudadanos humildes —hasta el punto de forzar una congelación de sus ahorros en el banco y someterlos al riesgo de padecer una quita devaluadora— para lograr sus objetivos políticos que no son otros que mantener el hiperEstado burocratizado y clientelar de Pasok y Nueva Democracia. No es compasión, sino psicopatía kamikaze. Como en España, la casta y la neocasta se diferencian poco: Syriza propone lo mismo que Pasok y Nueva Democracia pero con más arrojo suicida. Todo o nada: y lo peor es que los gobiernos europeos, como en tantas otras ocasiones, pueden terminar cediendo e inmolando a sus contribuyentes para mantener whatever it takes la sacrosanta unión monetaria.




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