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Los ratios de valoración son perfectamente inútiles

Carlos Montero - Miercoles, 23 de Julio

En el artículo de ayer recogíamos las afirmaciones del analista Andrew Smithers defendiendo que nos encontramos en la tercera mayor burbuja de la historia. Para afirmar esto se basaba en el ratio de la tasa de reposición de Tobin que mostraba una sobrevaloración de la bolsa estadounidense (extrapolable a otros mercados desarrollados), de más del 80%.

Las conclusiones del informe de Smithers sugieren que nos acercamos a un crash de mercado, pero no todos los analistas están de acuerdo. Cullen Roche de Orcam Financial Group por ejemplo, pone en contexto las afirmaciones del autor del informe de la siguiente manera:

- En noviembre de 2009 Smithers dijo que las acciones estaban sobrevaloradas en un 40%

- En diciembre de 2010 Smithers dijo que la renta variable estaba sobrevalorada en un 70%.

- En marzo de 2012 la renta variable estaba sobrevalorada en un 50% según Smithers.

- Ahora la sobrevaloración es del 80%.

Desde mediados de 2009 el S&P 500 se ha multiplicado por más de dos veces.

Roche hace una curiosa similitud al respecto del análisis anterior. El valor de un activo se parece mucho a la belleza. Se podría pensar que usted sabe que es la belleza pero si el mercado es un concurso de belleza keynesiana donde se está intentando juzgar la belleza en relación con la forma en que los demás jueces la perciben, entonces la única cosa que realmente importa es lo que los demás jueces creen. El uso de algún punto de referencia histórica de la belleza resulta ser totalmente inútil si el punto de referencia se ha desplazado. En esencia, elegir a la concursante más hermosa no tiene que ver con la capacidad de comprender la belleza, sino con la capacidad de percibir lo que los demás jueces piensan que es hermoso.

En el caso del mercado de valores hemos asistido a un período de más de 20 años donde las acciones han estado sobrevaloradas teniendo en cuenta muchos de ratios de valoración (Shiller CAPE, la Q de Tobin, capitalización de mercado frente a PIB…). Así que creo que vale la pena preguntarse la utilidad de estos indicadores.

He pasado una buena cantidad de los últimos 10 años tratando de analizar cómo funcionan los ratios de valoración, afirma Cullen Roche, para añadir que ha encontrado que es casi imposible aplicar estas métricas con algún sentido útil. Y si los últimos 20 años nos dicen algo es precisamente que estas medidas de valoración son completamente inútiles. Esto no significa que no haya riesgos potenciales actualmente en el mercado, o que las acciones no estén en burbuja. Lo que significa es que confiar en estas medidas de valoración, como la que emplea Smithers, es un ejercicio inútil y equivocado.




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