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Más reflexiones sobre la oferta y demanda de trabajo – y 2

Santiago Niño Becerra - Jueves, 26 de Noviembre

Mi respuesta fue:

“De Rodney Brooks había leído varias cosas, esto que me ha remitido, no. Bueno … le digo lo que ye he dicho decenas de veces: esto ya lo adelantó con cifras, casos y situaciones Jeremy Rifkin en el ya lejano 1994 en “El fin del trabajo”. Es muy curioso que en las posteriores ediciones (y ya desde la primera en español) se haya perdido el título original: “The End of Work. The Decline of the Global Labour Force and the Dawn of Post Market Era”. Pienso que el simple título lo dice todo.

La tecnología, y ahí meto todo, reduce la demanda de trabajo en una atmósfera de oferta de trabajo creciente, luego el resultado es desempleo estructural, subempleo, descenso de los salarios, empeoramiento de las condiciones laborales, reducción de la recaudación fiscal y disminución de los ingresos por cotizaciones sociales. Y eso ya es otro modelo. Y no, eso no se puede ‘solucionar’ porque la evolución tecnológica no se va a detener. La única vía para mitigar el empeoramiento de las condiciones sociales es la instauración de la renta básica y la disminución de la población activa, aunque lo segundo es algo a largo plazo.

En un escenario como ese lo que cuenta de su caso particular es totalmente lógico y resumible en una frase: ‘Sálvese quien pueda’, lo que sucede es que tienen más posibilidades –temporales– de salvarse quienes más arriba se hallan en la escala de niveles. De lo dicho en el párrafo anterior se deduce que los miembros de la oferta de trabajo se han convertido en competidores a pesar de ser miembros todos del mismo colectivo   -the working class -, por lo que no es extraño lo que cuenta de su jefe y de sus compañeros, competencia que se agudiza si alguien se siente amenazado por otro alguien con mayor cualificación.

Sobre lo que dice de la empresa privada … No crea. Yo he visto enfrentamientos durísimos en empresas privadas, peleas por celos, discusiones para ganar puntos en la consideración de la cúpula, zancadillas, mentiras, falsos rumores, hacer caer a alguien para pasar por encima de él, … De alguna manera lo que Ud. cuenta recuerda a cosas que vi hace tiempo en el mundo privado, lo que es lógico porque en ausencia de una regulación efectiva, los procesos se establecen automáticamente como Ud. ya sabe que sucede.

Consejos jamás doy, pero lo que si le sugiero es que, sin prisa pero sin pausa vaya buscando otro empleo, en una empresa ya establecida o en colaboración con otros colegas. Si se siente mal, váyase porque su rendimiento acabará bajando, pero no se vaya sin tener otro empleo. Y recuerde que es mucho más fácil encontrar un empleo teniendo ya uno que no teniéndolo”.

Para meditar.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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