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Ni Toro ni Oso: Estamos en un “Mercado Lobo”

Carlos Montero - Miercoles, 14 de Octubre

He aquí algunos consejos para los inversores que esperan que los mercados se calmen tras la reciente volatilidad: "Espera lo inesperado, y prepárate para los grandes giros". "A pesar de que el mercado tiene un sesgo positivo y muchos esperan una subida en el último trimestre, los mercados de acciones seguirán volátiles", comentaba un operador suizo. Y es que en los últimos 20 años, octubre ha sido el mes más volátil para las acciones.

Este año podemos seguir el modelo de 2011, 1998 y 1990, cuando las fuertes caídas en agosto fueron seguidas por nuevos descensos en octubre. "Estamos en un importante momento estacional, entre agosto y octubre, que normalmente es muy volátil", dice Chris Verrone, jefe de análisis técnico en Strategas Research Partners. "Todavía no hemos terminado con la corrección. El proceso de reparación lleva muchos meses, y parte de ese proceso de reparación se provoca la pérdida de los mínimos anteriores".

“En 2011, la crisis de deuda soberana de Europa arrastró al índice Standard & Poor's 500 un 7,2 por ciento en la primera semana de agosto”, señala Dani Burger en Bloomberg. “A mediados de octubre, el índice había desarrollado seis rebotes y cinco retrocesos, cayendo hasta un 6,7 por ciento en un día. En el desplome de seis semanas que se inició en agosto de 1998, el S&P 500 experimentó cuatro rebotes y cuatro descensos, ya que tuvo que lidiar con el colapso del Long-Term Capital Management y la desaceleración económica en Asia, Rusia y otras partes de América Latina. Un patrón similar se produjo en la caída del otoño de 1990. En cada caso, las acciones reanudaron su ascenso un mes más tarde, después de caer por debajo del mínimo alcanzado en agosto.

Esta vez, la volatilidad de verano comenzó en respuesta a la devaluación de China del yuan y la incertidumbre acerca de cuándo la Reserva Federal comenzará a subir las tasas de interés. En agosto, el S&P 500 se hundió un 10 por ciento en cuatro días, la primera caída de ese tamaño desde 2011. Desde entonces ha habido subidas diarias de hasta un 4 por ciento y caídas tan profundas como el 3,5 por ciento. Sin embargo, después de un descenso de cinco días que terminó el 28 de septiembre, el indicador se giró y comenzó su rally más largo del año, ganando un 5,6 por ciento en los cinco días hasta el 5 de octubre

En medio de la confusión, 12 de los 21 estrategas sondeados por Bloomberg han reducido sus estimaciones de fin de año para el mercado de valores. Su previsión media ahora es que el S&P 500 terminará el año en 2142. Eso sería una ganancia de 4 por ciento para el año y del 8l2 por ciento desde el 6 de octubre, que no es mucho más que la subida media del 6,7 por ciento que se ha producido en el cuarto trimestre desde el año 2009.

Pero no es probable que incluso un camino ascendente esté falto de agitación. Algunos de los principales índices ya han perdido el suelo de agosto. El Índice de las empresas más pequeñas Russell 2000 alcanzó un nuevo mínimo para el año después de una oleada de ventas en los valores de biotecnología en septiembre. Algunas industrias en el S&P 500, tales como la atención sanitaria y los materiales, también cayeron por debajo de sus mínimos de agosto a finales de septiembre.

Lo siguiente que probablemente enturbie el mercado son los beneficios empresariales. En general, se estima que los beneficios del tercer trimestre se contraigan un 6,9 por ciento, la mayor caída trimestral desde 2009, en base a estimaciones de los analistas.

Otra influencia clave en el mercado será China, que está haciendo nuevos esfuerzos para impulsar su economía en desaceleración. Los analistas intentan buscar los datos económicos chinos que muestren que el estímulo aplicado está funcionando. Si vemos buenos datos correctos en China volveremos a ver buenos datos en la economía general.

Con tantas incógnitas, es probable que el mercado se mueva sin dirección definida ya que los inversores responderán agresivamente con cada nueva pista que sugiera cual es el rumbo económico. Incluso con buenos datos económicos, el camino estará lleno de altibajos. Es lo que algunos llaman el "mercado del lobo", fuertes oscilaciones, pero sin una dirección clara. No es ni un "toro" ni un "oso". Es tiempo de espera.

La mejor manera para que los inversores puedan sobrevivir dentro de un "mercado lobo" es mantener la calma. "Creemos que es vital que los inversores no se queden atrapados en el flujo del día a día del mercado", dice UBS. "Lo que se requiere una mayor volatilidad es mayor disciplina y mejor control emocional."

 

Fuentes: Dani Burger




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